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Ana Torroja: “Hay canciones que dejo descansar y hay otras emblemáticas”

Regresa a Lima con su gira ‘Volver’ y nuevo disco. “‘Mujer contra mujer’ no solo es una canción bellísima, todavía puede ayudar”.

Foto: difusión
Foto: difusión

A fines de los 80, Ana Torroja salía de gira con Mecano y ‘Mujer contra mujer’-una de las primeras canciones abiertamente LGTBI- estaba en los medios de Francia al mismo tiempo en que era censurada en otros países. “Fue un himno. Fue una cosa increíble, recuerdo la cantidad de entrevistas que dimos”, nos dice por WhatsApp. “Todavía queda mucho por hacer”, agrega la cantante que en algún momento no pudo lidiar con la fama. Ha vuelto a la música electrónica y se presenta este sábado en la Huaca Pucllana. “No hay nada como la música en vivo, nada tan poderoso ni tan mágico, tan enérgico. El último concierto que vi fue de Juan Luis Guerra y tuve resaca de felicidad”, comenta la ahora marquesa -título nobiliario que heredó de su padre- y madre de una adolescente. “La maternidad fue un regalo de la vida. Deseadísimo”.

Canta con Alaska en ‘Hora y cuarto’ del disco Mil razones. ¿Por qué regresa a sus raíces?

Bueno, realmente estoy recuperando, más que regresando, es como recuperar ese momento musical en el que yo nací en los años 80, en el que la música electrónica arrancaba ¿no? Con una tecnología muy básica. Quizá por arrancar una carrera de solista e ir probando cosas dejé de lado la música electrónica. Y surgió de una manera muy casual porque llamaron a mi puerta varios productores que querían trabajar conmigo. Vi la luz, me abre un abanico de posibilidades porque la tecnología hoy en día te da libertad y no hay límites.

Con Mecano grabó ‘Mujer contra mujer’. En diciembre la cantó con Aitana. ¿Qué significa para su carrera?

-Es algo a lo que estoy muy agradecida porque no es habitual, no es fácil que una canción trascienda tantas generaciones. En el momento que fue hecha rompió brechas, rompió muros. Hay lugares en los que todavía están a años luz de comenzar a entender ¿no? (Incluso) que la mujer debe tener los mismos derechos que el hombre. Para mí esta canción es una canción con la que moriré cantando. O sea, hay canciones que dejo descansar, hay otras que recupero, pero hay canciones emblemáticas y ‘Mujer contra mujer’ es una de ellas. No solo porque es una canción bellísima, sino, porque todavía puede ayudar mucho a que la gente LGTBI vaya con la cabeza bien en alta y orgullosa.

Era 1988, ¿cree que hay responsabilidad en las letras?

Sí que la hay. Siempre la ha habido. Hay géneros musicales que a lo mejor la letra o el mensaje no tiene tanta importancia, es más el ritmo. No es fácil ¡eh! hacer canciones que tengan trascendencia social, pero para mí siempre ha sido importante. De hecho, muchas veces en los shows, fíjate, vienen muchas mujeres o niñas acompañadas de sus padres, agradeciéndome o agradeciéndonos el cómo le ha ayudado esa canción a tener la valentía que hoy hay que tener- porque debería ser algo mucho más natural- de abrirse a sus padres, familias, amigos y decir, pues, soy gay.

¿Cómo manejó la fama una joven de 22 años, que no venía de una familia de artistas?

Fue una revolución tan radical en mi vida. Una vez que alcanzamos el éxito en Mecano, fue todo tan vertiginoso y rápido, que no supe gestionarlo. Fue toda una sorpresa porque yo no busqué cantar, me gustaba todo lo que tenía que ver con la creatividad, pero fue el destino.

Dejó España y vivió en Nueva York. ¿Le sirvió como proceso creativo para ser solista?

No, fíjate (sonríe). Esos años en Nueva York fue el volverme a encontrar conmigo misma. Me había convertido en Ana de Mecano y había desaparecido Ana Torroja. Entonces, fue un desconectar de la música prácticamente al 100 %, sobre todo los primeros meses, lo necesitaba. Para mí fue un volver a nacer.

¿Y qué le enseñó el confinamiento y estos últimos años?

La importancia de adaptarse y la importancia de tener tiempo para disfrutar; muchas veces uno se mete al engranaje de la vida que va a tanta velocidad que siempre está pensando en lo que tiene que hacer, y no de disfrutar de lo que estás haciendo.