‘El principio de Arquímedes’: sobre el miedo actual y los prejuicios
El director Roberto Ángeles vuelve al teatro presencial con una obra sobre la violencia, las acusaciones y el linchamiento por redes sociales.
¿Culpable o inocente? Bajo esa pregunta se desarrolla parte de “El principio de Arquímedes” del escritor catalán Josep María Miró y dirigida por Roberto Ángeles de jueves a lunes en el Teatro de Lucía. En la obra acerca de un profesor de Natación que es acusado en Facebook de tener un acercamiento indebido con uno de sus alumnos, el protagonista sostiene que es inocente, pero por un reciente caso de abuso de menores cerca de la academia y por la soltería del acusado, para los padres, las dudas están justificadas.
Conforme se cambia la posición de los muebles en el escenario, también podemos ver en otra perspectiva. Para el director, la obra busca que el espectador se conmueva y que asuma el drama en un argumento en el que hay “por lo menos” dos posiciones. “También que reflexionen sobre este último fenómeno que se llama Facebook, que permite que las personas juzguemos a otros con relativa facilidad sin averiguar. En nuestro país han sucedido cosas enormes, muy controvertidas y, ante ellas, muchas veces no tenemos una opinión, una actitud siquiera. Eso forma parte de nuestra idiosincrasia, de ser peruano: indiferencia ante muchos acontecimientos graves, pero condena por acontecimientos sin que se hayan probado”.
Fernando Luque asume el protagónico, un profesor que se define como carismático y que desafía ciertas reglas, como fumar en la academia o agregar a una alumna a Facebook. “El actor es el que construye su personaje y él es el responsable. Evidentemente, en ese proceso se cometen errores. Los peruanos somos propensos a cometer errores. Luego de ese error, lo reconoce, lo subsana y sigue su proceso de creación hasta obtener un personaje realmente humano y dramático, cosa que en la gran mayoría de los casos en nuestra historia no es así. Cometemos muchos errores, pero somos muy pocos los que los reconocemos”, agrega.
La obra muestra también que hay un sector que asume que los LGTBI son potenciales abusadores. ¿Qué opina de esto?
Bueno, esa es una de las razones por las que no voté por la señora que representaba la discriminación, esta señora acusada de dirigir una banda de delincuentes. Lo peor no es que ella dirija esa banda, sino que haya mucha gente en el Perú que crea en esa idea, de que un sector de la población, pobres, negros, homosexuales o izquierdistas, sean delincuentes. Entonces, son capaces de esgrimir una gran mentira, como el voto falso que arregló, supuestamente, Castillo con su partido político. Esa falsedad es la que está detrás de todas las demás fobias. Esa falsedad se convirtió en una campaña en la cual se invirtió mucho dinero. Cuando finalmente se demostró lo contrario, nadie pidió disculpas, nadie reconoció el error. Evidentemente, el país quedó dividido, pero no porque se dividiera a partir de ese momento, lo ha estado siempre. La homofobia es una rama más de las grandes fobias que existen en un sector de nuestra sociedad que vive de eso, de la negación permanente de la verdadera condición humana.