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La historial del vestido blanco de Marilyn Monroe, a 95 años de su nacimiento

La también cantante y modelo lució este vestido blanco en una de las escenas más famosas del cine, durante la grabación de la cinta ‘La tentación vive arriba’.

La película fue estrenada en junio de 1955 y obtuvo crítica positiva. Foto: The Guardian
La película fue estrenada en junio de 1955 y obtuvo crítica positiva. Foto: The Guardian

Este martes 1 de junio se cumplen 95 desde el nacimiento de la icónica artista estadounidense Marilyn Monroe. Por ello, es menester hacer un ejercicio de memoria y repasar una las escenas más icónicas del cine del siglo XX, que fue protagonizada por la californiana.

En 1954 se grababa en Estados Unidos la película ‘La tentación vive arriba’ (‘The Seven Year Inch’, en inglés). Este filme reafirmó a la actriz, modelo y cantante como un ícono de la época. La cinta fue tan taquillera que le dio a Marilyn Monroe su primera nominación a los premios Bafta como mejor actriz extranjera. No obstante, la artista no solo pasó al salón de la fama por su crítica positiva, sino también por una de las escenas más recordadas en la historia del séptimo arte.

La tentación vive arriba

Antes de subastarse, el vestido fue propiedad de El vestido fue vendido por más de 4,6 millones de dólares (unos 4 millones de euros), si bien su precio de salida en la subasta era mucho más bajo. Antes de subastarse había sido propiedad de William Travilla y de Debbie Reynolds, quien según The Guardian, lo compró en 200 dólares. Foto: Fotocaptura 'La tentación de arriba'

En pleno rodaje de la película, curiosos y ajenos se aglutinaban alrededor del espacio en el que caminaba la protagonista. No era solo por tratarse de Marilyn Monroe, sino porque ella protagonizaba una situación provocadora para la época: de pie en la rejilla del subterráneo de Nueva York, el vestido blanco creado por el diseñador William Travilla mostraba más de lo que comúnmente se apreciaba de las piernas de la artista. Es así como esta escena resultó revolucionaria en el contexto.

Si bien la escena del metro desvela las piernas de la intérprete, la fotografía que todo el mundo recuerda no forma parte del rodaje, sino más bien se trata de una imagen ajena a la película. Para promocionar la obra antes de su estreno, el director Billy Wilder le dijo a la prensa de que grabarían esta escena. La icónica pose de Marilyn Monroe con las manos en las rodillas mientras el vestido ondea ha sido imitada hasta el hartazgo, pero no aparece exactamente así en la película, sino que fue tomada por uno de los fotógrafos allí congregados.

Es válido recalcar que, durante las grabaciones, Joe DiMaggio, beisbolista y entonces esposo de Marilyn Monroe, irrumpió en la filmación para mostrar su desaprobación sobre el vestido. Luego de volver a California, fue la actriz quien le pidió el divorcio al deportista alegando violencia psicológica.

Luego de culminar la grabación del filme, el creador del vestido guardó el vestido blanco en su casa, hasta que falleció en 1990. En ese año, la actriz Debbie Reynolds lo adquirió para su propia colección privada. 21 años más tarde, la prenda se subastó y el coleccionista Keya Morgan pagó 4,6 millones de dólares por ella.