Espectáculos

Carlos Rivera cuenta la emotiva historia de lo que hizo después de ganar La Academia

En programa D Generaciones, el cantante contó que está agradecido con su hermana por todo su apoyo.

Carlos Rivera no siempre fue un artista exitoso con una vida llena de comodidades, sino que venía de una familia humilde proveniente de Tlaxcala.

Por eso, cuando entró a La Academia tuvo problemas para conseguir los “útiles” que el programa le pedía, hasta que recibió la ayuda de su hermana, según contó el artista al programa D Generaciones de Unicable.

El cantante estaba por graduarse de la preparatoria, cuando logró entrar a uno de los concursos más populares de canto, donde le pidieron que compre accesorios como pantalones y calzado para sus presentaciones.

Sin embargo, el intérprete de “Me muero” no tenía los medios económicos para poder comprar la ropa, por lo que su hermana decidió apoyarlo para que pueda seguir adelante con sus sueños.

Carlos Rivera junto a Becky G y Pedro Capó en nueva canción

Carlos Rivera junto a Becky G y Pedro Capó en nueva canción

Ella le dio el dinero con el que iba a pagar la renta de su departamento para que compre la ropa y así pueda competir en el reality show de Tv Azteca.

Carlos Rivera ganó el primer lugar de la tercera generación de La Academia y la primera persona en quien pensó cuando obtuvo el premio fue en su querida hermana.

Carlos Rivera

Carlos Rivera

El cantante no solo le agradeció por todo el apoyo que le dio; sino también le devolvió el dinero y le compró un departamento para que ya no se preocupe por pagar rentas.

Además, le pagó la carrera para que pueda ser una profesional y lograr todas sus metas, tal como lo hizo el artista al ganar el reality show.

Actualmente Carlos Rivera es uno de los cantantes más populares de México y tiene una vida llena de privilegios con los que ha ayudado a su familia a salir adelante.

A fines del año pasado, el cantante celebró su concierto número 100 en Argentina como parte de su gira Guerra tour, y logró reunir a alrededor de 13 000 personas que no paraban de corear sus canciones.