Gastón Soto: “La violencia en las elecciones es lo que más preocupaba, y debíamos ser más proactivos”
Entrevista al exintegrante del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del JNE. Reconoce que estaban más expuestos a críticas de no reaccionar ante varias situaciones. “Tomábamos decisiones, pero no había una implementación y quedábamos mal”, señala.
Gastón Soto, exintegrante del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), alega que renunció, junto con Delia Revoredo y Carmen Mc Evoy, a este colegiado porque necesitaban ser más proactivos en sus pronunciamientos, y la burocracia no apuntaba a lo mismo. Negó que vaya a reconsiderar su decisión.
¿Por qué fue necesario renunciar al Tribunal de Honor del JNE y no insistir más en reclamar el apoyo que requerían?
Esa insistencia se dio por intermedio de la presidenta del Tribunal y no hubo una reorientación. Por el tiempo y lo que viene, estábamos más expuestos a críticas de que el Tribunal de Honor no reaccionaba a varias situaciones, y no era eso cierto porque sí tomábamos decisiones, pero no había una implementación y quedábamos mal.
El presidente del JNE dijo que no fue informado de la incomodidad de ustedes y antes de su renuncia no recibió queja.
Quien ha estado haciendo llegar estos reclamos es la presidenta, doctora Delia Revoredo.
¿Y estos llegaron hasta el presidente del JNE?
La presidenta tenía una guía a través de la cual hacía llegar esos reclamos. Lo cierto es que los integrantes del Pleno percibíamos que no estábamos quedando bien, con imagen proactiva, sino lo contrario, y era porque la parte administrativa no era suficientemente eficaz.
¿Esta guía o procedimiento implicaba que las quejas llegaban al presidente Salas?
Se supone. No quiero entrar a especulación, pero sabemos que el presidente exigía a quienes estaban más cerca de nosotros. Por ejemplo, el comunicado sobre las agresiones a la prensa salió después de 7 días. ¿Quién queda mal? Nosotros.
El presidente del JNE dice que pide que reconsideren su decisión. ¿La reconsideraría?
Difícil porque esto lo conversamos a nivel del Pleno. No todos estaban totalmente de acuerdo con dar un paso al costado. No sé cómo queda el caso de Susana Baca y Tarcila Rivera, con quienes corporativamente somos una unidad, un grupo muy integrado. Lo que más extrañaré es ya no reunirnos.
¿Qué otros casos tardaron?
Los más cercanos son esos. El caso del Vraem ya fue la gota que rebalsó la taza de agua.
¿La demora en el caso del Vraem fue solo lentitud burocrática o puede haber direccionamiento político?
Es muy difícil que yo pueda calificar eso porque, si bien las personas que trabajaban directamente con nosotros no eran las que tenían que sacar el aviso, no puedo entrar a ese detalle.
¿Debemos preocuparnos sobre la independencia del JNE en este proceso electoral?
Creo que el Jurado siempre ha mantenido su independencia. En cuanto a nosotros, el Jurado no ha tenido ningún tipo de intervención. Si hemos tenido resultados positivos en unas cosas o, quizá en opinión de algunos, no logramos lo más adecuado, no culparía al Jurado porque ellos no intervenían en nuestras decisiones.
Sobre una posibilidad de que se tienda a una candidatura, ¿debemos preocuparnos?
Yo quisiera pensar que no hay ese tipo de dependencia, de una conducta personal de alguno de los integrantes del Pleno de este Jurado. Una característica de un órgano electoral es dejar el color político, que puede uno tener formal o informalmente, colgado de la percha.
¿Ha visto algún indicio o señal de preocupación?
No. Tampoco me he detenido a analizar ese tema.
¿Qué piensa de la visa exprés que se dio a Leopoldo López para ingresar al Perú?
Es un tema de índole político. El Tribunal tampoco ve esos temas, sino el comportamiento de los partidos y los militantes. En lo del Vraem advertimos que no se vaya a usar políticamente.
Pero eso ha pasado, ¿no?
Ah, claro, sí.
¿Qué opina de esa campaña contra el denominado comunismo que despliegan empresas y algunos sectores?
Es parte de los recursos que utilizan los que están a un lado y otro lado. Mientras que no haya agresión verbal, no digo que está bien, pero es parte de la dinámica electoral más o menos. La publicidad formal es la que está regulada por la ley.
¿Qué le parece las movilizaciones que se vienen dando contra el fujimorismo?
Lo mismo, es parte de la campaña, siempre y cuando se den guardando compostura, seguridad y evitando contagios.
¿Por qué el Tribunal de Honor llamó la atención a Castillo por no ir al debate en Chorrillos cuando no había aceptado ir?
Quisimos expresar que no se pueden generar expectativas que no son atendidas, y algo se había ofrecido y no se dio. No diría llamada de atención, pero sí decirle ‘no se puede hacer eso’.
¿El Tribunal de Honor debería tener ‘dientes’, es decir, llegar a un nivel de sanción?
Lo hemos conversado, porque a veces nos sentíamos con manos atadas de no poder ser más impositivos. Es algo que hay que analizar porque en el ámbito electoral no se puede duplicar la labor de control y fiscalización que tiene el JNE.
En esta campaña tan encendida, ¿qué horizonte ve en esta última semana?
Hicimos llamados para preservar el respeto mutuo y que la ciudadanía actúe de modo que no se genere violencia, y también para que se respeten los resultados.
¿Y sobre la violencia?
Ese ese el tema que más preocupa y sobre el que hemos estado exhortando, pidiendo, tratando de orientar no solo a militantes, sino a la misma ciudadanía. Por eso, la labor nuestra debía ser proactiva, pero nos sentíamos con las manos amarradas.
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