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Economía

1,7 millones de limeños trabaja, pero gana menos de S/800

Brecha. A cuatro años de la pandemia, se recuperó el universo de población ocupada, pero el 41% está sujeta a condiciones precarias.

Desigualdad. Empleo recuperado tras la pandemia sufrió el deterioro de su calidad. Foto: difusión.
Desigualdad. Empleo recuperado tras la pandemia sufrió el deterioro de su calidad. Foto: difusión.

Durante el trimestre de diciembre (2023) a febrero, la población ocupada en Lima metropolitana ascendió a 5 millones 322.900 personas: un 6,5% más que el mismo periodo previo a la pandemia (cuando eran 4 millones 997.600), según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Una pandemia después —donde, al menos por un año se interrumpió abruptamente el grueso de la actividad económica y se apostó por una reanudación progresiva— los números del INEI revelan que el empleo precario ha ganado bastante terreno.

Si bien son 3,1 millones de empleados adecuadamente —léase, trabajadores con todas las de la ley— hay aún una diferencia de -0,5% (17.000 personas) frente al trimestre previo al virus de Wuhan.

Y, por otro lado, los subempleados —sea por laborar menos horas (visible) o ganar menos que el valor de la canasta de consumo familiar (invisible)— repuntaron de 1,8 millones a 2,1 millones (+18,7%). No obstante, dentro de este grupo, resalta el incremento de los subempleados invisibles: de 1,1 millones, ahora vemos a 1,7 millones (603.000 personas más).

Fernando Cuadros Luque, laboralista y exviceministro de Promoción del Empleo, comenta que el subempleado invisible es aquel que percibe un pago menor al 50% del costo de la canasta básica familiar (fijada por el INEI en S/1.600): es decir, 1,7 millones de empleados gana menos de S/800 al mes.

¿Falla estructural?

“A cuatro años de la pandemia, 41% de los ocupados en Lima metropolitana tiene un empleo precario (subempleados)”, resume Cuadros Luque para La República.

A su criterio, si bien es un logro que se hayan recuperado los empleos perdidos durante la emergencia sanitaria, lo lamentable es que estos carguen una menor calidad. Por ejemplo, señala que solamente en el rubro formal, tras reponerse los 800.000 puestos perdidos, un 90% se reinsertó con contratos temporales. Esta nueva normalidad “limita los derechos a gozar de negociación colectiva o sindicalizarse, así como de acceder a mejores ingresos”. La inflación también jugó un papel clave en el deterioro laboral.

Se ahonda la brecha de ingresos

El ingreso promedio mensual en Lima metropolitana fue de S/1.982 en el trimestre de estudio. Este nivel representa un progreso de 8,1% frente a similar periodo de hace un año, y es 10,7% superior al nivel prepandemia para dicho trimestre móvil en cuestión.

Sin embargo, la brecha entre hombres y mujeres se sigue ahondando: el ingreso promedio para la mano de obra femenina fue de S/1.616, y el de los varones S/2.289, una diferencia de S/673. Hace un año, la diferencia promedio era de S/552.

De acuerdo con la estadística disponible se advierte que del universo de subempleados por falta de ingresos, las mujeres son las más afectadas: 1 millón 22.500 frente a 705.800 varones. en empresas de 1 a 10 trabajadores (mypes) abundan: 1,3 millones de personas mal pagadas

Datos

418.000 personas en la capital está sin empleo, un 10,2% más que en el periodo antes del coronavirus.

53% más que antes de la pandemia creció el total de peruanos que está en el subempleo invisible.