Tras el mal 2023, ¿es oportuno subir ahora el sueldo mínimo?
Criterios. Especialistas y líderes sectoriales disciernen sobre el alza de la Remuneración Mínima Vital (RMV), fijada actualmente en S/1.025. Repunte del costo de vida y freno a las contrataciones empresariales son los polos de esta promesa de la presidenta Dina Boluarte que ahora se oxida en el cementerio del oportunismo político.
“El CNT debe aprobar ya el mecanismo de incremento”
Fernando Cuadros Luque, exviceministro de Promoción del Empleo
Se debe priorizar el mecanismo de incremento de la RMV aprobado en el Consejo de Trabajo en el 2007, y que requiere ahora una actualización y ajuste siempre en línea a los parámetros técnicos que brindó la OIT.
A finales de 2022, a través de una asistencia de la OIT, se propuso un mecanismo, a partir de la metodología del 2007, haciéndolo más viable. El CNT tiene que debatir ahora la propuesta de la OIT, que no fue aprobada por los empleadores cuando se retiraron de este espacio.
No hay por qué esperar como dice el ministro Daniel Maurate “que se acabe la recesión” o “mejoren los indicadores”. Lo óptimo sería que el CNT apruebe en consenso la propuesta de OIT que igual puede ajustarse en el camino como parte del diálogo social.
Dicho ajuste del sueldo mínimo de la OIT dice que dependerá de la inflación, productividad y su periodicidad de revisión, anual, en un contexto donde no haya una subida grande de la informalidad laboral, del desempleo o relación entre el salario mínimo y promedio formal.
Una vez que se apruebe, materializarlo el MTPE a través de un decreto supremo y proceder a evaluar si corresponde o no subir la remuneración mínima. Son aproximadamente más de un millón de trabajadores que se beneficiarían con el alza.
“El alza a S/1.025 ha sufrido una devaluación enorme”
Gustavo Minaya, secretario general CGTP
Nos reunimos con el ministro de Trabajo (Daniel Maurate) en una sesión extraordinaria del Consejo Nacional del Trabajo, y le planteamos la necesidad de subir la RMV en este contexto de recesión económica que significa crisis para los más pobres y a los trabajadores que menos ingresos tienen. Subirla ayudaría a dinamizar la economía porque los gastos con las remuneraciones apuntarían a los mercados y productos de primera necesidad.
El incremento a S/1.025 que se dio por última vez en mayo de 2022 ya ha sufrido una devaluación enorme, por lo que este Gobierno tiene que decidirse ya por subir el sueldo mínimo con miras a llegar al monto de la canasta familiar en un tiempo determinado: S/2.025, según lo avalado por el INEI.
Hoy no podemos ir directamente a los S/2.025, pero se requiere un ajuste progresivo que no debería bajar de S/200 anuales hacia el próximo quinquenio; y eso que este monto es una canasta de subsistencia. Con el sueldo de S/1.025 estamos por debajo de todos los umbrales.
Hace unos años se aprobaron lineamientos para aprobar institucionalmente la RMV, pero como no hubo reuniones en el Consejo Nacional del Trabajo porque los empresarios se retiraron de la mesa de diálogo, aún no se puede llevar a debate este tema tan importante. Más adelante, el alza de la RMV no tiene que ser una decisión política sino una institucionalizada.
“En este momento no parece razonable elevarlo”
Jorge Toyama, socio de Vinatea y Toyama
El salario mínimo vital debe sujetarse a la situación que vive el país: el impacto de la recesión es muy alto en el informal, microempresa y jóvenes, y sumado a la amenaza de El Niño, en este momento no parece razonable elevarlo.
Otra cosa es su efecto: el salario mínimo peruano es casi 78% del promedio salarial. Es una tasa muy alta. La OCDE tiene una del 55% del salario mediano y en Estados Unidos es el 29%. ¿A qué se debe esta naturaleza de nuestro mercado laboral? Nuestro trabajador es poco productivo y no genera le genera mucho valor a la empresa. Es más de servicios, comercio e informalidad el trabajador peruano.
El 55,5% de la Población Económicamente Activa gana menos del mínimo vital, lo que revela que una elevación de la RMV impacta directamente en el mercado laboral: se golpearía más al informal y a la microempresa por el subempleo.
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Hay que evaluarlo bien y no apostar por el populismo.
Lo que se tiene que fomentar es la mejor productividad laboral, inversión privada y creación de empleo formal. Sin embargo, la inversión privada está por los suelos. Se tiene que privilegiar el diálogo social entre sindicatos y rubros a través de la negociación colectiva. Construcción civil es el caso de éxito desde hace más de 20 años.
“Las empresas no están en condiciones de asumir más costos”
Daniel Hermoza, director Mypes Unidas del Perú.
El Ejecutivo está jugando al entusiasmo que se ha puesto a la reactivación. Es obvio que vamos a rebotar. Le han metido casi S/5.000 millones en los préstamos de Impulso y han pagado, poco, pero pagado parte del Fonavi; de hecho hay dinero en el mercado, pero es muy poco como para hablar de una reactivación real.
Tras una campaña navideña paupérrima, las mypes tienen mucho stock y lo rematan como sea para recuperar el capital sea al banco o al gota a gota y, por lo tanto, con esta pseudorreactivación sería un crimen pretender subir el sueldo mínimo cuando las empresas no están en condiciones de asumir más costos fijos.
Se generaría un problema mayor como la desmotivación de contratación de empleados. Me parece irresponsable querer debatirlo o insinuarlo.
Entiendo a los trabajadores porque es un tema de necesidad y está clarísimo, pero las condiciones no están dadas para subirla. Se tendría que evaluar recién a partir del segundo semestre a ver si es cierto lo que proyecta el ministro de Economía sobre la recuperación. Sí, la inflación ha destrozado los sueldos, pero no es culpa de empresas ni de trabajadores, sino del mal manejo del Gobierno por no atender la crisis. Compras a Myperú no se ejecuta desde hace más de un año y los créditos no llegan a las mypes, ahí hay dos ejemplos.