Impuesto impulsado por OCDE y sus implicancias en el Perú
Tributos. Gravará a multinacionales y plataformas digitales que lograban evadir impuestos. Deberán pagar donde hacen negocio y no donde les resulte más barato. En el Perú abre paso a una reforma tributaria.
Finalmente, 130 de los 139 países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aceptaron plegarse a la reforma anticipada días atrás por el G7 para modificar el modelo de tributación de grandes empresas multinacionales. No obstante, desde diferentes frentes apuntan a que este nuevo régimen de presión a paraísos fiscales solo beneficiará a los países más ricos. Virtud de ello es que naciones como Hungría e Irlanda han dicho que quedarán al margen.
El nuevo pacto deberá ser refrendado por los ministros de finanzas y directores de bancos centrales del G20 (los países más poderosos del mundo, que representan el 85% de la economía mundial) en su próximo encuentro del 9 y 10 de julio, en Venecia.
Tras esta decisión, el mundo contará con un nuevo esfuerzo fiscal que podrá gravar a las multinacionales y plataformas digitales que hasta ahora lograban evadir buena parte de sus impuestos, como lo señala el diario El País.
“La OCDE lleva más de 7 años trabajando en un esquema para que las grandes multinacionales tributen donde hacen negocio y no donde les resulte más barato”.
“Este acuerdo hará que gigantes como Google, Amazon o Facebook paguen los impuestos que les toca. El liderazgo de la nueva Administración de EEUU del presidente Joe Biden y su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y la perseverancia de las instituciones europeas, cimentaron este acuerdo histórico”, anota el diario español.
Para Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal en Oxfam Internacional, el acuerdo alcanzado inicialmente por las naciones del G7 es muy poco “ambicioso” y no generaría efectos favorables en el tiempo para economías como la del Perú. Para Oxfam, el tipo mínimo previsto por OCDE no debió ser del 15%, sino de al menos 21%.
“Tal y como está diseñado, los cambios van a ser mínimos para el Perú y el conjunto de América Latina. Es una medida que se queda muy corta, porque solo va a afectar a las 100 empresas más grandes y se van a redistribuir muy pocos de los beneficios. Sí va a tener algún efecto sobre ciertos paraísos fiscales, pero a costa de los países en desarrollo y recuperando todo ese beneficio de los nuevos recursos generados en los países más ricos”, señala.
Una reforma más amplia
Francisco Pantigoso, profesor de Derecho de la Universidad del Pacífico, aseveró que si aterrizamos en el Perú el impuesto a las multinacionales sería una sobretasa al Impuesto a la Renta cuando debería, en todo caso, modificar este impuesto considerando una progresividad mayor en función de los ingresos. Así las multinacionales pagarían más que en la actualidad, anotó.
“No se puede aplicar doblemente el Impuesto a la Renta, sino tener una sola estructura del IR, modificarla quizás para llegar a los que más ganan para que tributen más. Eso sería lo más justo, pasar por una reestructuración del IR donde se identifican situaciones dispares”, subrayó el especialista.
Dejar de postergar la discusión sobre reformar el sistema tributario nacional, indicó Pantigoso, daría pie a consolidar diversos regímenes que conviven en este momento, que hacen complejo el sistema y que a la vez pueden generar incumplimientos.
“Reestructurar el IR para rentas empresariales con tasas progresivas acumulativas, que se respete la progresividad donde las multinacionales se ubiquen en la escala mayor. Falta voluntad política”, sentenció.
Pantigoso destacó que esto tomaría especial relevancia en un momento en que los servicios digitales y los ingresos de las grandes empresas de tecnología deberían estar mejor regulados, “porque no estamos recaudando lo adecuado porque nuestra legislación no está a la par de lo que avanza el mundo digital”, dijo.
Un caso específico, recalcó, es lo que están pagando ciertas entidades digitales como Amazon o Google que deberían tributar en el Perú y no quedarse afuera; “gravar donde esté la presencia económicamente significativa es el nuevo nexo de vinculación económica que derogaría los criterios antiguos de fuente y residencia. Porque los servicios digitales son intangibles, difíciles de detectar donde se grava”, aseveró Francisco Pantigoso.
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