Elmer Cuba: “La batalla contra el COVID-19 se puede ganar en el transporte público”
Entrevista al economista y miembro del directorio del Banco Central de Reserva del Perú.
¿Qué tanto es el deterioro de la economía por el COVID-19?
Es un problema sanitario que provoca una cuarentena y un choque de oferta. Es equivalente a un terremoto. Pero, en este caso, el choque de oferta es la prohibición de producir y provoca menos ingresos a empresas y familias, con muchos despidos, y menores ingresos al fisco. Estamos en la fase más crítica en la parte económica. Es la lucha más fuerte contra el virus, pero a su vez es la más costosa, porque estamos en medio del choque de oferta.
¿Cuánto nos costará en el PBI?
Seguramente, en el segundo trimestre, habría una caída cercana al 25 %. Muy fuerte, quizá una de las más grandes de los países emergentes.
¿Qué debe hacerse para acelerar la recuperación?
En este momento, todavía nada. La pregunta es ¿qué hacer para sostenernos en esta cuarentena y que el virus se retraiga y que baje el factor R? Allí no podemos hacer mucho. Ya vamos a pagar el costo enorme de la cuarentena. Teníamos que haberle sacado provecho.
¿Cómo?
Reduciendo al máximo el factor de contagio. Hemos sido relativamente exitosos, pero pudo ser mejor con mayor control de los mercados de abastos y el transporte público, para que este pago enorme que está costando sea más efectivo. Ya la historia juzgará qué se hizo bien y qué se hizo mal.
¿Si la caída es de 25% en el segundo trimestre, en cuánto será la del año?
Dependerá de muchos factores. Primero, de si hay o no tratamiento o una vacuna que se descubra de aquí a doce meses. Si ocurre antes, la economía mundial y peruana seguramente van a tener una recuperación mucho más violenta. Y si no ocurre, seguirá como lo que pasa hoy.
¿Y el otro factor?
Dependerá del éxito de la apertura de las actividades. Esto es crucial. Ya estamos en una nueva fase, la del reinicio. Pero estamos acabando la fase uno y aún falta que muchas empresas entren, ya que por diferentes trámites burocráticos complejos no lo hicieron. Si luego de la fase 2, a fines de junio o julio, el virus se sigue esparciendo, hay riesgo de una cuarentena nueva.
Esto sería más complicado.
Para la economía y para la salud pública. Pero si la apertura es ordenada, vamos a ir con las cuatro fases hasta agosto. Cada mes se verá una caída de la economía, pero cada vez menor, aunque con cifras negativas todo el año. Lo que va a cambiar es la magnitud de las cifras. No será una caída de 25% en el tercer trimestre, sino mucho menos, de 15% o menos y dependerá de un reinicio exitoso de las actividades. Que sea exitoso quiere decir que cada fase sea evaluada y se siga reiniciando la otra. Y un asunto crucial no va a ser el tema fiscal, sino el transporte público.
¿Por qué?
En la medida que la economía se reinicie, decenas de miles de trabajadores volverán a laborar y, en ese contexto, volveremos a tener el tráfico en las grandes ciudades. Ese es el verdadero problema. Viajar media hora o una hora en un bus cerrado es como ir en un ascensor. La batalla contra el coronavirus se puede ganar en el transporte público. Debe rediseñarse el aforo máximo en el transporte para no irnos a una nueva cuarentena. Se debe apostar a la capacidad de las mejores mentes del Perú en temas legales, económicos, para enfocarse ahora en el transporte público, que es donde está el talón de Aquiles de la reapertura.
¿Cuándo habrá reactivación?
Vendrá si entramos bien en esta reapertura. Reactivas cuando la demanda agregada está debajo de la oferta y requieres un impulso. Seguramente el MEF dará un impulso fiscal a la inversión pública para que redinamice el gasto privado. Pero eso es aún lejano.
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¿Qué se podría haber mejorado?
Si desde el principio se hubiera planteado una cuarentena no de 15 días, sino de por lo menos diez semanas, y con la entrega de un bono universal, allí se habría aprovechado para incluir financieramente a las personas.
¿De qué forma?
Ir a cualquier banco con tu nombre, DNI, se abre una cuenta, das el número telefónico y en ese mismo instante te daban los S/ 760. En el momento de abrir la cuenta, el Estado sabe que existes. Te habrían pedido declaración simple de ingresos. Habría evitado problemas con la Contraloría, porque das dinero a una persona bajo una declaración jurada, donde declara que no paga impuesto a la renta y que no está en planilla electrónica. Y al final el bono cuasiuniversal habría sido para 17 millones de trabajadores, menos los formales, que tienen trabajo.