Economía

“Aquí la pobreza es el pan de cada día”

Desigualdad que duele. María Tambilla forma parte del 98% de mujeres que realizan trabajos no remunerados en el país. La población femenina lleva a cabo labores sin pago pero que aportan a la economía US$ 136 mil millones.

“La desigualdad económica está fuera de control”. Es el contundente mensaje de Oxfam en su último informe denominado Tiempo para el Cuidado. La problemática de la que ahora todos hablan tras el éxito de la película coreana Parasite (en la que se critica las diferencias sociales con algo de humor negro) está aumentando también en la sociedad peruana, y son las mujeres quienes más la padecen.

Solo basta acercarse (o viajar) un poco: Las mujeres en el distrito más pobre del país, Chetilla (Cajamarca), sobreviven con solo S/ 100 al mes. Así lo retrata Juana Quispe Vásquez (80). Ella junto con María Tambilla son agricultoras que deben cuidar la casa cuando sus hijos salen a estudiar o a trabajar.

"Todos los días cuido la casa y recibo ciencito soles nomás. Acá todos somos pobres y ya no hay gente para que trabajen la tierra", dice Juana, una mujer quechuahablante que se muestra desconfiada ante tantas promesas de gobiernos que nunca llegaron.

María, aunque se muestra contenta de trabajar en la chacra, es consciente de que lo que gana es lo "único que tiene para vivir". "Pero a veces se pierden las cosechas. La neblina jode la siembra de papa. Yo cuido la casa y no sé si me hubiera dedicado a trabajar en otra cosa. Aquí la pobreza es el pan de cada día", relata a La República.

Más trabajo, menos pago

Y en el ámbito urbano la desigualdad hacia la mujer también está presente. Con jornadas laborales que pasan las 10 horas al día, y sin contrato por escrito, las trabajadoras del hogar son el otro grupo que no conoce la inclusión: perciben en promedio S/ 500 al mes, cuenta Leddy Mozombite, presidenta de la Federación de Trabajadoras del Hogar, gremio que representa a casi medio millón de mujeres dedicadas a esta actividad en el país.

Mozombite vivió en carne propia cómo fue llegar a Lima a los 14 años para emplearse como trabajadora del hogar "cama adentro" donde no existen ni domingos ni feriados.

Pero hay otra situación que afecta a casi el 98% de mujeres en el país: dedican cerca de 400 millones de horas a la semana a trabajos no remunerados, como el cuidado de los hermanos, hijos, enfermos o ancianos; a buscar agua o limpiar el hogar.

“Lamentablemente el capitalismo promueve y se aprovecha de creencias sexistas que restan autonomía a la mujer y dan por hecho que ellas ocuparán este tipo de trabajo”, explica el informe de Oxfam.

Invisibilizadas

Armando Mendoza, economista y vocero de Oxfam en Perú, señala que la situación económica de la mujer es la misma que hace diez años. “La brecha salarial no se ha movido”, advierte. (Hoy Perú ocupa el puesto 87 de entre 187 economías en el índice de igualdad de género, según el PNUD, 2019).

Una explicación es que no han surgido políticas públicas que reconozcan los trabajos de cuidado como una labor que aporta a la economía, pese a que la organización con sede en Reino Unido ha resaltado que “no tener en cuenta el valor social del trabajo de cuidados más allá de lo económico es el hecho de que, sin este trabajo, nuestra economía se colapsaría por completo”, advierte.

¿Por qué? Leddy Mozombite lo explica bien: "Las trabajadoras del hogar remuneradas o no, somos las que permitimos que otros estudien, trabajen y realicen su vida económica. Cuando cuidamos a un bebé, debemos protegerlo, incluso cuando hay un temblor y, pese a ello, menos del 10% accede a un seguro", comenta.

Y el trabajo no remunerado tiene un valor en la economía mundial: según Oxfam asciende a US$ 10.008 millones al año.

En Perú, según cálculos de Mendoza, bordearía los S/ 136 mil millones al año. "Es lo que las mujeres en el país dejan de ganar en conjunto por realizar actividades del hogar que no son reconocidas. El monto es equivalente a casi el 20% del PBI", anota.

¿Camino a la OCDE?

Una de las promesas del Gobierno fue que al 2021 el Perú ingrese al selecto grupo de países de la OCDE, pero alcanzar ese objetivo demandará una drástica reducción de la desigualdad.

Y todo parece estar lejos de la meta, al menos, en esa materia. El informe del 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “Más allá del ingreso, más allá de los promedios y más allá del presente”, reveló que está surgiendo una nueva generación de profundas desigualdades en desarrollo humano en el país.

Frente a ello, el pedido de mujeres como Juana Quispe desde Cajamarca es que el Gobierno llegue a sus pueblos. Mientras que las trabajadoras del hogar piden que el nuevo Congreso apruebe el dictamen de una nueva ley que garantice los derechos fundamentales para ellas en el marco del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que Perú ratificó en 2019.

Combatir la elusión

Y mientras unos viven con menos de S/ 100 al mes, las grandes fortunas logran eludir hasta el 30% del pago de impuestos (según Oxfam), reduciendo así la recaudación fiscal y la posibilidad de que el Tesoro Público pueda destinar más recursos para cerrar las brechas sociales.

Estos mecanismos que utilizan para tener menor carga fiscal los ha ayudado −además− a tener rentabilidades anuales de sus riquezas de 7,4% en los últimos 10 años.

"Si a ese 1% más rico de la población se le incrementa el impuesto que grava a la riqueza en 0,5%, en los próximos 10 años permitiría recaudar fondos necesarios para crear 117 millones de puestos de trabajo", refiere el documento como una recomendación global.

Pero frenar la elusión es solo una de las medidas, en una serie de políticas que deben apuntar a generar un sistema menos sexista, dice Mendoza: Si antes de la maternidad la brecha de género es de 10%, luego de ser mamá se eleva a 50%, "y no hay una política de Estado para combatir estas diferencias laborales hacia la mujer".

“Políticas que deben complementarse con acceso a la educación, a la asesoría legal, a lactarios en el trabajo, a la cobertura del seguro para ellas”, anota. ¿Nos ponemos a trabajar?

Con información de Edgar Jara desde Cajamarca

El problema en cifras. ¿Cómo actuar?

En el 2010, el valor del trabajo no remunerado que afecta a mujeres valía S/ 60 mil millones. Diez años después, asciende a S/ 136 mil millones.

Para los especialistas, la gradual incorporación de las mujeres al mercado laboral no se ha traducido en una distribución más equitativa de las labores domésticas y de cuidado familiar.

Políticas o leyes que reconozcan las labores de cuidado como trabajo, donde las empresas también se involucren, sería un paso a un país más equitativo.

Las cifras

5 h en promedio al día dedica la mujer a labores del hogar. Los varones, la tercera parte del tiempo.

30% de impuestos es lo que las grandes fortunas eluden.

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