Estados Unidos: ¿Destituir a Donald Trump es bueno para la economía?
El premio nobel de Economía del 2008, Paul Krugman, analiza cómo es que la posible destitución del presidente estadounidense influiría en la situación económica global.
El premio nobel de Economía del 2008, Paul Krugman, en una columna publicada en el Diario El País, afirma que, respecto al proceso de destitución del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump,este"ha pasado de ser muy improbable a ser muy probable. De hecho, dada la explosiva naturaleza de la queja del filtrador que ahora se hecho pública, realmente no entiendo cómo puede no ser destituido".
"Y los mercados, básicamente, se han encogido de hombros. A primera vista, puede parecer extraño. Al fin y al cabo, independientemente de cuál sea el resultado final de la cada vez más alta probabilidad de que se produzca la destitución, la consecuencia inmediata es que el gobierno de Trump se verá privado de su capacidad para llevar a cabo su programa legislativo. ¿Por qué no preocupa eso a los inversores? La respuesta es ¿Qué programa legislativo?”, explica Krugman.
El economista habla de que cuando el partido de Trump controlaba ambas cámaras del Congreso, solo se llevó a cabo dos iniciativas legislativas importantes. Una fue una gran bajada de impuestos para las empresas y los ricos, “que generará miles de millones de dólares de déficit, pero que no parece que haya hecho mucho por la economía”.
“Y la otra fue un intento de arrebatarles el seguro sanitario a unos 30 millones de estadounidenses, que no se aprobó. ¿Y qué pasa ahora? Pues bien, supongo que el proceso de destitución podría interponerse en el gran plan de infraestructuras que Trump lleva prometiendo tres años", comenta.
Según el experto, el único elemento significativo sobre el tapete legislativo es la propuesta de Trump de sustituir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), “que básicamente es imposible de distinguir del TLCAN. Puede que Trump crea que es importante ponerle un nombre nuevo al mismo tratado de comercio antiguo, pero casi nadie más está de acuerdo”.
“Como la mayoría de las cosas que el presidente intenta hacer son malas para Estados Unidos, la parálisis que pueda provocar el proceso de destitución será para bien. Porque Trump, de hecho, está librando una guerra contra la competencia”, aclara.
Krugman considera que los funcionarios de Trump han llevado a cabo una campaña sistemática para degradar la Administración Pública estadounidense, “expulsando a gente que sabe lo que hace y sustituyéndola por políticos mediocres”.
“La intención evidente de esta jugada, que tuvo éxito, era provocar dimisiones en masa de los expertos de la entidad, y es muy poco probable, si el organismo vuelve a reconstituirse, que sea igual de bueno a la hora de hacer su trabajo. En el Gobierno federal se está produciendo un proceso de mediocrización parecido. Y seamos claros: esta degradación del Gobierno es mala para los negocios”, declara.
El especialista sostiene que a las empresas “no siempre les gustan las normativas del Gobierno, pero les gustan los gobiernos previsibles, competentes y que toman decisiones basadas en criterios claros, no en contactos políticos”.
“Destituir a Donald Trump es bueno para la economía”, concluye.
FUENTE: Diario El País