Economía

¿Cómo identificar a un compañero de trabajo ‘tóxico’?

Dependiendo de la capacidad de estar en armonía con su trabajo y sus colegas, podemos calificar a un empleado de ‘tóxico’, pero hay más señales que no tomamos en cuenta.

Laboral
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Todos tenemos una idea más o menos clara de cómo es un compañero de trabajo tóxico, aunque hay distintos perfiles. Alguien que prefiere competir a colaborar, intenta imponer sus puntos de vista pero sin que resulte demasiado obvio, le cuesta trabajar en equipo y no le sienta bien ceder.

Pero también puede ser tóxica la actitud opuesta: alguien que está desganado y hace lo mínimo necesario porque no se interesa por el trabajo ni por sus compañeros o siempre se retrasa con sus tareas.

En constante conflicto

Elisa Sánchez, psicóloga laboral, lo resume con una anécdota. “Hace unos años, daba unos cursos orientados a cómo relacionarse con personas difíciles. La mayoría de quienes venían a esos cursos eran, precisamente, personas que podían etiquetarse como difíciles”, comenta.

Aunque, advierte Sánchez, hay que tener cuidado con las etiquetas. Hay señales que pueden ayudarle a identificar si es su actitud la que está contaminando al resto. “La señal más obvia es que es habitual que tenga conflictos con distintas personas, en varios ámbitos de su vida y situaciones diferentes”, señala Sánchez.

Lo que los conflictos tienen en común es que usted está en ellos. Heidi Grant, psicóloga social que investiga sobre la motivación, desgrana más señales de alarma, como darse cuenta de que está siendo distante con sus compañeros, no ser consciente de sus necesidades o pensar que siempre hay que cumplir las normas.

Frío y distante

Al conocer a alguien nuevo, sacamos conclusiones casi inmediatas que nos permiten hacernos una idea de si nos fiamos o no de esa persona. Aplicado al trabajo, solemos responder a esta pregunta evaluando cómo de cercano parece el nuevo compañero.

“Su calidez, ser amable, atento; estas características se toman como señales de que esa persona tiene buenas intenciones. Por eso, parecer frío y distante puede, a la larga, hacerle parecer también tóxico”, según explica Grant.

Además, si habitualmente alguien es atento con quienes tiene al lado y algún día contesta mal o no avisa a un compañero de una reunión, le dan el beneficio de la duda y es más probable que piensen que ha tenido un mal día o un descuido.

“El problema es que la mayoría, en su afán por demostrar sus habilidades y eficacia, descuida proyectar calidez”, asegura Grant. “De hecho, es peor que eso, algunas personas minimizan su cercanía para parecer más competentes”.

Falta de empatía

Esta es otro de los factores que los compañeros identificados como tóxicos tienen en común. Esto puede pasar de forma inconsciente: estar demasiado metido en las tareas diarias puede llevarle a descuidar sus relaciones y hacerle parecer egoísta.

Muy pegado a las normas

En una investigación publicada por la Universidad de Harvard se encontró un tercer rasgo común que a menudo comparten los compañeros tóxicos: creer que siempre se deben seguir las normas. Las reglas que rigen cómo deberían realizarse las tareas a veces se pueden adaptar por un motivo de peso.

Sin embargo, las personas inflexibles se aferran a las reglas y se aseguran de que todos los demás también lo hagan, incluso cuando no tienen sentido o directamente se oponen a la productividad.

FUENTE: Diario El País