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Domingo

Hallazgo Ychsma en la huaca Pucllana

En la cumbre de la célebre huaca miraflorina fue descubierta una tumba que sorprendió a los arqueólogos por los detalles en su ajuar funerario.

El entierro cuenta con una fina pieza de cerámica pintada, de clara influencia Chancay. Foto: Claudia Alva - La República
El entierro cuenta con una fina pieza de cerámica pintada, de clara influencia Chancay. Foto: Claudia Alva - La República

La huaca Pucllana, en Miraflores, es un epicentro cultural perfectamente integrado a su entorno vecinal. Hoy, por ejemplo, los visitantes podrán participar en una intervención artística de tejidos como complemento al programa de ingreso gratuito que se realiza cada primer domingo de mes. Otro plan interesante es el de los ‘arqueólogos voluntarios’, que permite acompañar a los profesionales en sus investigaciones y excavaciones. El lugar elegido es una plataforma ubicada al lado de mirador turístico, instalado en la cumbre de la huaca miraflorina. Fue precisamente ahí donde se acaba de descubrir la tumba de un enigmático personaje que sorprendió al equipo dirigido por Micaela Álvarez Camet y José Ccencho Huamani.

Como se sabe, la huaca Pucllana fue construida por la cultura Lima y luego ocupada por los wari. Y ya era un lugar sagrado cuando, aproximadamente en el año 1.000 de nuestra era, los ychsma utilizaron el lugar como cementerio.

“Hasta el año 2015 se sabía de la presencia ychsma por ofrendas elaboradas con cabello humano en mates o envueltas en hojas de achira que dejaban en diferentes áreas de esta explanada, hasta en las grietas”, nos dice Mirella Ganoza, descubridora de la tumba con el también arqueólogo Frank Baquerizo.

Al igual que los entierros ychsma descritos por la arqueóloga Luisa Díaz en Armatambo (Chorrillos), el cuerpo desenterrado en la cumbre de la huaca Pucllana luce sentado con las piernas flexionadas y los pies cruzados. A la altura de la mano izquierda se puede ver una especie de bolso tejido con piezas de metal de color verde.

 "Como casi todos los cuerpos hallados en esta plataforma, este también apunta hacia el sur, hacia Armatambo". Foto: Claudia Alva - La República

"Como casi todos los cuerpos hallados en esta plataforma, este también apunta hacia el sur, hacia Armatambo". Foto: Claudia Alva - La República

Ajuar funerario

Frank Baquerizo resalta un detalle que marca la diferencia con otros entierros hallados desde que empezaron las excavaciones en el 2015. “Los entierros descubiertos en la parte alta de la huaca están alejados de las tumbas wari. Pero no tenían cerámica, solo mates y, en algunos casos, unas cañas para sostener el cuerpo y mantener su verticalidad”, revela mientras señala la cumbre del Morro Solar. Como casi todos los cuerpos hallados en esta plataforma, este también apunta hacia el sur, hacia Armatambo, en el actual distrito de Chorrillos. “Desde aquí aún se ve la cumbre del Morro Solar y la actual calle Elías Aguirre te lleva directo a la Bajada Balta, por donde descendían a pescar los antiguos pobladores de Miraflores. “No hemos encontrado ningún cuerpo que apunte al norte o al oeste”, añade el arqueólogo.

Por su parte, Mirella Ganoza revela que los ychsma colocaban barro alrededor del cuerpo y eso provocaba la descomposición de cualquier fibra textil. “En los entierros wari hay anzuelos, redes… en los entierros ychsma se descubrieron mujeres con un ajuar vinculado a la textilería”.

Ganoza y Baquerizo resaltan las piezas de cerámica halladas en la tumba. Una es una olla común que parece contener alguna preparación (falta analizarla), pero la otra vasija es inédita. Estaba vacía y luce una decoración propia de la cultura Chancay, con motivos zoomorfos abstractos y geométricos. “Podrían ser peces estilizados u otros motivos marinos”, coinciden los arqueólogos.

Otro detalle interesante es el peinado del personaje (aún no se sabe si es hombre o mujer). “Lo que parece una trenza puede ser un cordón que sostenía su peinado”, nos dice Ganoza mientras nos enseña un muro que aún luce el color amarillo original de la huaca Pucllana, tal y como la pintaron sus constructores de la cultura Lima hace casi 2.000 años.