Comizzo y su tajante respuesta a Piero Quispe tras acusarlo: "Las difamaciones no son baratas"
Luego de igualar ante Sporting Cristal, el ahora entrenador de Deportivo Municipal respondió a las polémicas declaraciones que expresó el volante de Universitario en su contra.
Llegó la respuesta. Uno de los temas más comentados durante la semana fueron las declaraciones de Piero Quispe acerca de Ángel Comizzo. El joven volante de Universitario reveló que vivió un calvario bajo las órdenes del estratega argentino y mencionó que tuvo intenciones de abandonar la institución. Al ser consultado sobre estos dichos, el ahora técnico de Deportivo Municipal lamentó que el habilidoso volante realizara estas afirmaciones.
Asimismo, instó a que se tomen las declaraciones de futbolistas como Raúl Ruidíaz o Christofer Gonzáles, quienes también fueron sus dirigidos en tienda merengue.
"Lamento las declaraciones de Piero Quispe. Pregunten a Raúl Ruidíaz, Diego Guastavino, Christofer Gonzales, Diego Chávez, Carlos Olascuaga, Miguel Torres, Alexi Gómez y por ahí me olvido de algunos jugadores (sobre) cómo soy y cómo me manejo. Sería bueno que levanten notas de todos y cada uno de los jugadores con los que trabajé", manifestó en conferencia de prensa tras el empate de Muni con Sporting Cristal.
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En esa misma línea, el campeón nacional con los cremas, en 2013, envió un contundente mensaje sobre las expresiones de Quispe. "Después veremos lo que pasa. Me han lastimado en lo profesional. Soy un profesional de bien que tiene familia y las difamaciones no son baratas. Lo lamento por él", concluyó.
¿Qué dijo Piero Quispe sobre Ángel Comizzo?
El habilidoso atacante de 21 años brindó una entrevista al programa de YouTube "Cojo y manco", en la cual describió detalles de su confinamiento en la sede de la U en Campomar, en su etapa de juvenil, cuando Ángel Comizzo estaba al mando del plantel.
"A mí me hizo vivir nueve meses en Campomar. Éramos como 10 los que ahí vivíamos, salíamos sábado y domingo, y el lunes regresábamos. Cuando llegó la pandemia, nos quedamos una vez casi como 24 días encerrados. Era incómodo porque todos los grandes salían y a nosotros nos dejaban sin ver a nuestras familias. Te sentías mal, te bajoneabas, porque te sentías menos que ellos. (...) Llamé a mi representante y le dije: 'Ya no quiero estar acá, me quiero ir de la U, ya no aguanto estar sin mi familia, encerrado'. Le dije llorando que me quería ir, pero él me insistió: '¡Quédate, quédate!'", narró.