Este es el color favorito de las personas más inteligentes, según expertos en psicología: no es rojo ni amarillo
La elección de unos tonos en nuestra forma de vestir a diario o bien en el entorno que elegimos (ambiente) expresa nuestra forma de ser, pero también es capaz de comunicar cosas relevantes sobre nosotros y sobre cómo somos vistos por los demás.

La elección de unos tonos en nuestra forma de vestir a diario o bien en el entorno que elegimos (ambiente) expresa nuestra forma de ser, pero también es capaz de comunicar cosas relevantes sobre nosotros y sobre cómo somos vistos por los demás. La psicología del color y los estudios en comportamiento humano demuestran los efectos cotidianos que pueden albergar las elecciones de colores en el entorno cotidiano.
En este sentido, estudios realizados en el ámbito de la psicología económica demuestran que el color preferido por una persona puede influir en cómo los demás juzgan su inteligencia o su grado de control y confianza.
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Azul: un símbolo de inteligencia, calma y lógica
El azul se percibe como el color más vinculado a la inteligencia. Este tono transmite sensaciones de serenidad, atención y fiabilidad. Por esta razón, muchas empresas tecnológicas lo utilizan en sus identidades visuales, ya que comunica seguridad y confianza.
Vestir un traje azul marino o incluir algún detalle azul claro en una reunión profesional puede generar una percepción inmediata de autocontrol, racionalidad y serenidad. En una ocasión, al usar un blazer azul para una presentación, varios colegas comentaron que proyectaba una imagen más segura y confiable. El efecto fue sutil, pero claramente positivo.
Blanco: claridad, precisión y profesionalismo
El blanco representa limpieza, exactitud y estructura, por lo que resulta ideal para espacios de trabajo y situaciones formales. Su presencia sugiere una personalidad organizada y meticulosa.
Una camisa blanca perfectamente planchada o una oficina ordenada con predominio de este color refuerzan la impresión de atención al detalle. En sectores donde la transparencia es esencial, el blanco proyecta profesionalismo sin perder cercanía. No es casualidad que médicos y científicos lo prefieran en sus uniformes: este color inspira confianza y conocimiento.
Negro: autoridad, elegancia y sofisticación
El negro, por su parte, está cargado de fuerza y elegancia. Tradicionalmente vinculado con el poder y la autoridad, es común en líderes que buscan proyectar firmeza y control.
Usar prendas negras bien confeccionadas expresa una confianza sobria sin resultar ostentosa. Sigue siendo una opción clásica en ambientes formales y cargos de alta responsabilidad. Para muchas personas, vestir de negro contribuye a enfocarse y a generar respeto en situaciones importantes.
Colores que pueden enviar señales equivocadas
No todos los colores provocan la misma impresión, especialmente en contextos profesionales. Algunos tonos, aunque llamativos, pueden resultar contraproducentes según el entorno.
El rojo intenso, por ejemplo, puede interpretarse como agresivo o dominante. El amarillo transmite alegría, pero podría parecer poco serio. El gris tiende a percibirse como apagado, mientras que el marrón, aunque cálido, suele asociarse a lo conservador o reservado. En general, estos colores funcionan mejor en ambientes informales, donde el protocolo es más relajado.
Elegir el color adecuado no se reduce a una cuestión de moda, sino que también comunica cómo queremos que los demás interpreten nuestra personalidad y capacidades. ¿Y tú, qué color eliges para causar una buena impresión? ¿Has notado cambios en la forma en que las personas reaccionan según lo que llevas puesto? Comparte tu experiencia y comenta sobre el impacto que los colores tienen en tu vida cotidiana. Si este tema te pareció interesante, no dudes en compartirlo.






















