¿Por qué los antiguos egipcios adoraban a los gatos?
¿Mimas mucho a tu gato? Los antiguos egipcios los trataban como a dioses, los protegían con leyes e incluso los momificaban y enterraban con mucho lujo.
Los gatos están entre las mascotas preferidas de millones de personas en el mundo. Un verdadero catlover mima a su minino con todo tipo de juguetes, comidas y más. Pero esto difícilmente podría compararse con el trato que recibían estos animales en el antiguo Egipto, donde eran reverenciados casi como dioses. ¿Por qué?
Precisamente, los antiguos egipcios fueron uno de los primeros pueblos de la Tierra en domesticar a los gatos, alrededor del año 2040 a. C. Les daban tanta importancia que procuraban darles la mejor dieta, les obsequiaban collares, penaban con la muerte a quienes los matasen, e incluso enterraban a estos felinos en lujosos sarcófagos.
¿Por qué los egipcios adoraban a los gatos?
Los gatos eran reverenciados y muy queridos en Egipto debido a que, para ellos, representaban a los dioses y al equilibrio universal mantenido por Ra, su más alta deidad. Además, era muy apreciado por su capacidad de proteger los graneros, cazar roedores y otros animales, y por su simpatía en general.
Según la creencia de aquellos tiempos, el dios Ra se convertía en gato durante la noche para luchar contra la malvada serpiente Apep, que representaba a las fuerzas destructivas de la creación; para la mañana, esta deidad retomaba su forma de disco solar.
Ra adoptaba una forma de gato para enfrentarse a la serpiente Apep, según la mitología. Foto: Egyptian jewelry
Bastet, la diosa del amor, la maternidad y la música, era representada con una cabeza de gato. Conocida como ‘Ojo de Sol’, era considerada protectora de la Familia Real, y a ella se le encomendaban los niños pequeños. Su culto se volvió muy importante en el siglo XVI a. C.
Desde el año 2600 a. C., el gato era representado y registrado como un animal de compañía, pero su domesticación llegó recién en el año 2040 a. C. Para los egipcios, era un gran apoyo como cazador de ratones, serpientes, escorpiones y otros animales. También recogían los pequeños pájaros que cazaban sus amos con una especie de boomerang.
La diosa Bastet era una importante divinidad con cabeza de gato. Foto: Bowers museum
Los gatos domésticos cuidaban de los libros, los papiros sagrados, las bibliotecas, los registros y los archivos; por lo tanto, eran protectores de la sabiduría de Egipto, además de sus cultivos, cosechas y graneros, y por ello eran divinizados, según explica el médico veterinario Luis Fernando de Juan Guzmán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los lujos de los gatos en el antiguo Egipto
Los gatos, conocidos como ‘miu’ por los antiguos egipcios, eran venerados y protegidos como auténticas divinidades. Se aplicaba la pena capital a todo aquel que matara voluntariamente a estos felinos o los robara para sacarlos de Egipto; este delito no podía ser indultado. Quienes los mataban accidentalmente se exponían a severas multas.
Los gatos egipcios eran cazadores y ayudaban a recoger los pájaros a sus amos. Foto: Glencairn Museum
El historiador Diodoro Sículo menciona que, durante la ocupación romana de Egipto, un legionario fue linchado al matar involuntariamente a un gato. La protección a los mininos era tal que eran los primeros en ser sacados de una casa en caso de incendio.
Los gatos eran tratados como auténticos huéspedes de la casa y solían ser ataviados con collares o hermosas cintas. Cuando uno de ellos moría, era embalsamado y momificado como a un personaje importante. Y solo el faraón, la Familia Real y los arquitectos podían tener el honor de ser enterrados junto a ellos para estar juntos en el otro mundo.
Los gatos eran momificados y enterrados con lujo en el antiguo Egipto. Foto: AFP
La muerte de un gato era un momento de gran duelo para la familia que lo cuidaba, y su cadáver era trasladado hasta Bubastis para ser embalsamado. La gata Tamit, que era la mascota del príncipe Tutmosis, fue enterrada en un lujoso sarcófago de piedra con múltiples relieves e inscripciones.
Es más: el motivo por el que los antiguos egipcios, tanto hombres como mujeres, maquillaban sus ojos de la manera que se ve en papiros y murales era que querían parecerse a los gatos, que podían ver el alma humana.
Los ojos de los antiguos egipcios eran maquillados para que lucieran como los de los gatos. Foto: The Art Archive
El culto a los gatos era tan generalizado que las estatuillas de estos animales eran utilizadas como amuletos contra las fuerzas malignas y la mala suerte. También se creía que protegían a los niños y la fertilidad, al ser Bast la diosa de la maternidad. Estas figurillas podían estar hechas de barro, cerámica, madera, oro o piedras preciosas.