Abelardo Sánchez León: “Los poetas del 60 eran maduros en la experiencia poética, pero no en la política”
Abelardo Sánchez León ha escrito un libro que es memoria, crónica, crítica, periodismo, semblanza y, en especial, un homenaje a una generación clave de nuestra tradición poética, una de las más sólidas del siglo XX.

Los poetas del 60. Sus libros, su época, sus vidas (Fondo Editorial PUCP) del escritor Abelardo Sánchez León da cuenta de una generación clave para entender el curso de la poesía peruana del siglo XX. Esta generación se dio a conocer en una etapa muy parecida a la actual, con un mundo al borde del abismo y con sensibilidades en contra de los mandatos sociales. No es un libro para conocedores; este es un libro de difusión que le hace justicia a la tradición poética peruana. Es un librazo. La República conversó con Abelardo Sánchez León.
-Has explorado varios registros de escritura, pero ¿te sientes más cómodo en el ensayo?
-En verdad me siento cómodo porque quizás toda mi vida yo he sido una persona que ha estado a mitad de camino, nunca en el extremo, nunca en el casillero preciso. Quizá en la poesía, pero la poesía la intercalé desde muy temprano en Desco con libros que eran estudios tipo ensayos urbanos. Estaba mucho más tieso, no estaba permitido un nivel de presencia como autor que hay en este libro y algo en el otro, en el de Vargas Llosa y Miguel Gutiérrez, Torrentes en pugna. Entonces sí, es una combinación como que todos los Balos que hay en mí se han juntado y han funcionado como un buen pisco sour. Hay un encajado, hay un poco de poesía, hay emoción, hay una actitud académica, hay bibliografía; he sido narrador también. Tengo cinco novelas. Sé más o menos cómo se narra, cómo se guarda la información.
-Los poetas del 60 no es un libro cronológico.
-No lo es. Javier Heraud vuelve al final.
-¿Crees que el ensayo en Perú necesita vitalidad? Una cualidad de Los poetas del 60 es que lo puede apreciar cualquier persona relativamente informada. Se lee de un tirón.
-El ensayo en Perú está muy acartonado, muy académico. En la última década han aparecido libros de historias cercanas, que están a mitad de camino entre el ensayo y una noticia periodística, como los libros sobre Humala y PPK. Como ensayo hemos estado más en tercera persona, más formales, más tiesos.
-Cuando se termina de leer Los poetas del 60, te quedan las ganas de leer o releer todos los títulos que mencionas.
-Lo mismo me dice mi esposa. Yo soy un poeta del 70, así me han ubicado, pero he frecuentado igual o más a los del 60. O sea, Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros y Marco Martos son poetas que he frecuentado a lo largo de la vida. Julio Ortega fue el primero que conocí.
-¿Cuál es la diferencia entre los poetas del 60 y 70?
-La gran diferencia está en el tono, en los viajes que hacen ellos, en la educación universitaria que no tenemos muchos los del 70; yo soy la excepción en ese sentido, porque la mayoría no fue a las universidades o no terminó sus estudios. No era valorado tampoco el cartón como lo es hoy. Tendí a mirar más a los poetas mayores. Mi experiencia del 70 es más callejera; descubro la cantina, el Chino Chino, que es además el título de mi primer poema, de 1969; en el Palermo que estaba al frente, conocí a Miguel Gutiérrez. Frecuentaba a Elqui Burgos, a José Watanabe, a los hermanos Rosas Ribeyro y a Enrique Verástegui de Hora Zero.

"Los poetas del 60". Imagen: Difusión.
-Aunque Verástegui siempre ha bailado con su propio pañuelo.
-Y desde el comienzo. Verástegui era Verástegui.
-Algo que noto en los poetas que componen Los poetas del 60, es que para ser jóvenes eran maduros en la experiencia poética.
-Tienes razón. Eran maduros en la experiencia poética, pero no en la política. En el caso de Javier Heraud, la presencia de Eliot ya está presente, también la presencia de la literatura inglesa. Él viene del Markham e imagino que en esa época en el Markham había un poco más de cultura literaria. También Toño Cisneros y Rodolfo Hinostroza tenían la influencia de la literatura inglesa, aunque Hinostroza prácticamente se formó solo, porque él estudió medicina un par de años. Su formación fue la del lector curioso y siempre habló con mucha seguridad y personalidad.
-¿Cuán importantes fueron los viajes en los 60?
-Fueron cruciales. El viaje de Heraud es un viaje muy particular. En París, regresando de Moscú, se quiere quedar y no se queda porque todavía no ha aprendido a vivir en la pobreza que sí vivimos los del 70, pero Javier pudo haberse quedado también lavando platos, como lo hacíamos todos. Javier se regresó, pero yo me preguntaba si Javier se hubiera quedado en París en vez de regresar a Lima, porque de aquí a La Habana para regresar a Puerto Maldonado vía La Paz ya era otra persona.
-Heraud es un caso emblemático en donde se cruzan lo poético y lo político de la época, como el proceso de consolidación de la Revolución cubana. Pero en esta generación hay voces disidentes de esa efervescencia.
-Hay algo de cinismo en el 60 también. Mirko Lauer en Los cínicos brazos. A Hinostroza lo consideraría también un poco cínico.
-Cuando dices cínico, ¿te refieres a la práctica de la poesía?
-En la poesía y en la vida. La idea del sacrificio y la entrega absoluta por un ideal no creo que la hayan tenido muy presente.

Abelardo Sánchez León: "El ensayo en Perú está muy acartonado, muy académico". Foto: John Reyes.
-Esa es una manera de ser libre.
-E inteligente también. Yo creo que Cisneros, Hinostroza y Lauer siempre se han considerado poetas inteligentes.
-La generación del 60 ha sido muy atacada por generaciones posteriores, pero a la vez es clave en el ordenamiento de la tradición poética peruana del siglo XX. Es una generación bisagra.
-Quizá se deba a que la universidad funcionaba como un lugar de encuentro; muchos son profesores y muchos son alumnos del 50 y del 60. Washington Delgado, Paco Bendezú y Luis Jaime Cisneros funcionan para todos los poetas del 60 como padres literarios. Pero en el 70, ya no hay ámbito universitario si lo comparamos con el 60. La otra idea que se me ocurre es que hay una guerra política por ocupar un espacio en los 70, que es con la migración y a todo nivel, incluso para estar compitiendo, en un sentido sano, pero al mismo tiempo elemental, por un espacio que muchos han abandonado. El 60 se ha ido, no están, entonces hay que ocupar esos lugares. Para muchos, también el 70 es la versión más popular, más de ancha base que la del 60. El 60 es una literatura libresca, se conversa con libros, se conversa con autores y hay lecturas distintas. Todo el mundo anglosajón es relativamente nuevo y en el 60 no lo cogen todos; por ejemplo, lo cogen Mirko Lauer y Luis Hernández, lo coge menos Marco Martos, que es más Siglo de Oro y literatura francesa.
-Uno de los poetas más leídos por los jóvenes es Luis Hernández.
-Luis Hernández no buscó ser el más leído, porque él deja de publicar y escribe en cuadernos que regala. Tiene una actitud lúdica, no solamente en muchos de los poemas, sino en su actitud misma, en su imagen de poeta. Además, es una persona muy preparada, muy culta. Él sí es médico, él sí termina una carrera. Siempre fue para mí una figura no a la mano, no la podías encontrar. Que yo sepa, leyó una sola vez en un recital y yo fui a ese recital. Se hablaba mucho de él, pero no se le veía. Sus ambientes eran la playa, el mar, las pesas, el deporte, era más o menos maceta, y corren todo tipo de leyendas sobre él.

Luis Hernández. Imagen: Difusión.
-Cada edición de Luis Hernández suscita una adicción.
-Es una contradicción que alguien que no ganó ninguno de los premios de la época, que dejó de publicar, sea hoy en día uno de los poetas más visitados por las nuevas generaciones. Es como Eielson, el poeta que más se lee del 50. Luis Hernández y Jorge Eduardo Eielson tienen una actitud sana, no buscan el aplauso, no buscan la fama. No buscaron contactos para que los favorezcan.
-Al igual que en los 60, el mundo hoy está caliente. El poeta en el 60/70 era más participativo o mostraba más compromiso.
-Hay poca participación del intelectual y del artista. No tiene espacios, no tiene plataformas. Pero a diferencia de antes, ahora hay más opciones para publicar, pero se han formado nichos.
-Pero la poesía siempre ha sido de nicho.
-Pero antes el nicho tenía cierto eco, había crítica, había un público. Los libros salían con bombos y platillos. A partir del 2000, la poesía va desapareciendo un poco.
-Este libro es una muestra más de que la tradición poética peruana fue una de las mejores o más sólidas del siglo XX. Si la poesía fuera como el fútbol, estaríamos vistos como Brasil.
-Tenemos una gran selección, una buena banca con los mejores suplentes, tenemos cinco delanteros espectaculares.
-Si hacemos una lista de 60 poetas peruanos más representativos, desde el más grande hasta el número 60, ninguno genera ruido, y podríamos llegar tranquilamente a 70.
-Incluso tener 50 poetas de categoría en un siglo, es bastante.
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Poetas de Los poetas del 60: Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Marco Martos, Julio Ortega, César Calvo, Mirko Lauer, Luis Hernández y Javier Heraud.

















