El hongo que causa el virus en “The last of us” es real: ¿podría convertir a humanos en zombis?
Si creías que “The last of us” era netamente ficción, puede que quieras prestar más atención la próxima vez que veas la serie de HBO Max.
HBO Max colapsó con el estreno de “The last of us”, su serie original que adapta el videojuego homónimo y que ya está cosechando reseñas positivas entre la crítica especializada y los espectadores. No solo es la historia que el streaming está hilando, sino el cómo lo está haciendo que ha llamado la atención de miles, pero ¿sabías que la infección zombi de la ficción protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey tiene una cuota de realidad?
El hongo que causa el virus en “The last of us” es real
En el mundo posapocalíptico de “The last of us”, cientos de personas empiezan a convertirse en una especie de zombis con apariencia semihumana bastante desagradable. En este contexto, Joe se convierte en uno de los pocos sobrevivientes que ha sido capaz de evadir los efectos de un nocivo hongo, el cual ha ocasionado un virus letal en la ciudad.
Este hongo en cuestión se llama Cordyceps y existe en la vida real. De hecho, sus efectos en ciertos seres vivos son —de una manera muy perturbadora— similares a los vistos en los infectados de la producción de HBO Max, aunque con diferencias elementales.
En el caso de “The last of us”, el Cordyceps se instala en el cerebro de los seres humanos y toma el control del huésped, mientras este sigue vivo. En la naturaleza, el hongo evita ingresar al cerebro y, por el contrario, manipula los impulsos del cuerpo que infecta mediante señales químicas, según explica un reciente artículo de Forbes.
Foto: HBO Max
“The last of us”: ¿podría el Cordyceps convertir a humanos en zombis?
La respuesta rápida es no. El hongo Cordyceps ataca a insectos, por lo cual João Araújo, curador asistente e investigador en Micología en el Jardín Botánico de Nueva York, comentó a Forbes que es “muy poco probable” que tal salto pueda ocurrir dadas las grandes diferencias entre la biología humana y la de los insectos.
No están “preparados para invadir, establecerse y transmitir esporas desde un cuerpo humano”, explicó Araújo, y añadió que han parasitado insectos por más de 130 millones de años y “ni siquiera pueden establecerse en ningún mamífero o animal que no sea insecto”.