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“El irlandés”, un nostálgico adiós a los gánsteres de Martin Scorsese: sin cuentas pendientes ni arrepentimientos

Con más de 3 horas de duración, “El irlandés” tiene una mirada mucho más reflexiva y melancólica de Scorsese. No todos pudieron terminarla, pero llegó el momento de reinvidicarla.

"The irishman" llevó el caso de Jimmy Hoffa, tomando el libro de Charles Brandt como base. Foto: composición LR / Martin Scorsese / Netflix
"The irishman" llevó el caso de Jimmy Hoffa, tomando el libro de Charles Brandt como base. Foto: composición LR / Martin Scorsese / Netflix

El irlandés” de Martin Scorsese llegó a los cines contra todo pronóstico. Muchos estudios rechazaron llevar el caso de Jimmy Hoffa a la pantalla grande, pero la determinación del director pudo más. Su estreno conquistó a la crítica y le valió 10 nominaciones a los Oscar, aunque al final no se llevó ningún galardón y fue tildada como la gran perdedora de la noche. ¿Está camino a convertirse en un obra de culto?

Dicen que el tiempo suele poner las cosas en su sitio a modo de consuelo, pero estamos listos para reivindicar el largometraje en motivo a los 80 años del genio responsable de “Mean streets”, “Goodfellas”, “Casino”, “Gangs of New York” y “The departed”. Que su duración más de 3 horas no sea impedimento para apreciarla.

La película nos presentó a Frank Sheeran, el hombre que mató al sindicalista Hoffa. La desaparición de la víctima fue uno de los grandes misterios de Estados Unidos y tardó 30 años en resolverse, aunque para el asesino nunca habría suficiente tiempo para perdonarse por la traición a su amigo.

A diferencia de sus anteriores filmes, la espectacularidad del mundo de la mafia se pierde y gana profundidad gracias a la mirada melancólica, consciente y reflexiva del cineasta neoyorquino.

The Irishman, la nueva película de Martin Scorsese, tiene 3 horas y 29 minutos de duración - Fuente: Netflix

The Irishman, la nueva película de Martin Scorsese, tiene 3 horas y 29 minutos de duración - Fuente: Netflix

Nunca habrá otra película como “El irlandés” por su valor cultural, histórico y estético. Tiene el ADN de Martin Scorsese incrustado de inicio a fin. Está confeccionada por su mano maestra, refinada por décadas y con dominio total de cada fotograma.

El homenaje en vida a un artista siempre es capricho de sus fans, pero no había nadie mejor que él para rendir tributo a su cine y los hombres con los que lo forjó. Es una carta de despedida a una era, sin cuentas pendientes ni arrepentimientos por un mayor esfuerzo. Su aporte y trabajo perdurarán por mucho tiempo.