Desarraigo, soledad y amor en altamar
Todos somos marineros. Miguel Ángel Moulet presenta drama filmado íntegramente en el mar de Chimbote. Con las actuaciones de la experimentada actriz peruana Julia Thays y el ruso Andrey Sladkov.
Por: Cecilia Castillo
El joven cineasta Miguel Ángel Moulet llega a los cines con su ópera prima este 20 de febrero. Se trata de Todos somos marineros, un drama que se filmó en el puerto de Chimbote y donde el desarraigo, la soledad y el amor son los ingredientes principales.
Es la historia de tres marineros rusos varados en un barco pesquero en el conocido puerto norteño. La actriz peruana Julia Thays y el actor ruso Andrey Sladkov dan vida a Sonia y Tolya, respectivamente, quienes nos adelantan cómo vivieron esta producción, que tuvo 11 días en altamar.
“Sonia es una vendedora en el mercado del puerto, cría a un niño y en su casa hay una figura masculina ausente. Su gran objetivo es echar raíces. Es de esas mujeres que buscan salir adelante, que incluso, a veces, se mecaniza, pero con lo que más sueña es tener una familia, un proyecto de vida con un compañero. Así, en ese panorama aparece Tolya, y ella lo verá como alguien perfecto, aunque luego lo ponga en disyuntiva...”, nos cuenta la actriz a quien vimos en NN (Héctor Gálvez) y en breve en Rómulo y Julita (Daniel Martín Rodríguez).
“Tolya y Sonia son personajes muy solitarios, incluso, la soledad es algo trasversal en todos los personajes. Lo distinto, por ejemplo, en el personaje de Tolya es que, creo, disfruta ese sentido de la soledad por ese apartamiento que pertenece a su carrera. Un hombre acostumbrado a vivir en altamar por meses. En cambio, Sonia está sola por una decisión y porque las circunstancias han hecho que salga adelante como madre trabajadora, que es una figura clásica peruana”.
Andrey Sladkov arribó a nuestro país como entrenador de esgrima, hace casi 20 años. “Soy peruano, ya tengo DNI”, nos dice al inicio de este encuentro, y luego nos cuenta que llegó a Todos somos marineros por un casting en Facebook. Antes había grabado un comercial para un conocido helado y luego un cortometraje con Magaly Solier para Estados Unidos”.
“La película toca un tema muy profundo que es la nostalgia. Son marineros que abandonaron su país y echaron raíces en otro muy lejano, en este caso, sin intención, porque el capitán se declara en quiebre. Como dijo uno de mis compañeros en el Festival de Cine de Rotterdam, la nostalgia es como un imán, mientras más lejos estás, más es la fuerza de querer regresar”, dice Sladkov, quien participó en la obra teatral Bolognesi.
Gente de mar
Miguel Ángel Moulet describe al filme como una metáfora de la vida y sus incertidumbres. “Una historia de gente de mar, de puerto y que creo que puede llegar a contar, aunque parezca lejano, sentimientos y cosas por las que pasamos los que no estamos cercanos al mar. Situaciones de soledad, de desarraigo y además una oportunidad de ver en pantalla grande el puerto de Chimbote”, refiere y agrega como anécdota que el valor del barco donde filmaron era de 6 millones de dólares. “Chimbote se ha portado de maravilla con nosotros. No nos cobraron, nos dieron todas las facilidades y además contamos con ellos como actores y extras”.