Astrónomos descubren una nube molecular del tamaño de 40 lunas cerca de la Tierra que forma estrellas
Astrónomos identifican una nube molecular invisible, una de las estructuras más grandes y próximas al Sol, cuyo hallazgo ofrece nuevas claves para entender la formación de estrellas.
- Aumentan las superbacterias resistentes a antibióticos: microbióloga advierte sobre la automedicación y mal uso de fármacos
- Investigadores revelan el secreto de un avanzado sistema maya que predijo eclipses solares con gran precisión

El universo acaba de revelar uno de sus secretos más cercanos a nuestro planeta. Un equipo de astrónomos descubrió una nube molecular invisible a tan solo 300 años luz de distancia. Bautizada como Eos, esta colosal nube de gas representa uno de los hallazgos astronómicos más relevantes de los últimos años y plantea nuevas oportunidades para entender cómo se forman las estrellas en el cosmos.
El reciente hallazgo, publicado en Nature Astronomy, sorprendió a la comunidad científica, ya que se pensaba que las nubes moleculares dentro de 1.600 años luz estaban ya completamente catalogadas. Sin embargo, Eos había permanecido oculta debido a su composición atípica, careciendo de los rastros convencionales de monóxido de carbono utilizados en la detección de nubes moleculares.
PUEDES VER: La inteligencia artificial logró resolver uno de los mayores misterios arqueológicos en Perú

¿Qué hace especial a la nube molecular?
La magnitud y proximidad de Eos la convierten en un objeto sin precedentes en la astronomía moderna. Esta nube molecular posee una masa equivalente a 3.400 soles y abarca un área visual equivalente a 40 lunas llenas en el cielo nocturno. Si fuera visible a simple vista, dominaría el firmamento como una vasta neblina interestelar.

Ubicación de la nube de Eos, que aparece como una característica fluorescente brillante. Foto: Nature Astronomy
Thomas Haworth, astrofísico de Queen Mary University of London y coautor del estudio, afirmó: "Esta nube estaba en nuestro patio trasero cósmico y, sorprendentemente, había pasado desapercibida". La falta de monóxido de carbono, compuesto clave para identificar nubes moleculares y estrellas en formación, explica por qué Eos eludió los métodos convencionales de observación.
Al estar tan cerca, Eos ofrece una oportunidad única para analizar los procesos de formación de estrellas desde una perspectiva inédita. Su estudio permitirá a los científicos entender mejor cómo las galaxias transforman el gas interestelar y el hidrógeno molecular en nuevas generaciones de astros.
¿Cómo detectaron una nube molecular tan grande pero invisible?
El descubrimiento fue posible gracias a la revisión de datos del espectrógrafo de luz ultravioleta FIMS-SPEAR, a bordo del satélite coreano STSAT-1. En 2023, Blakesley Burkhart, profesora de Rutgers University y autora principal del estudio, analizó los registros públicos de este instrumento, especializado en capturar emisiones de luz ultravioleta astronómica.

La nube molecular observada en trazadores distintos de la fluorescencia de H2. Foto: Nature Astronomy
A diferencia de los métodos tradicionales que buscan emisiones de carbono, FIMS-SPEAR reveló la presencia de hidrógeno molecular mediante fluorescencia ultravioleta. Esta técnica innovadora permitió visualizar directamente el resplandor de las moléculas de hidrógeno, haciendo posible la identificación de Eos como una nube interestelar activa en la creación de estrellas.
Según Burkhart: "Este es el primer descubrimiento de una nube molecular a través de la observación directa de hidrógeno molecular en el ultravioleta lejano". Esta afirmación subraya el avance tecnológico y metodológico que representó el hallazgo, ampliando las estrategias de búsqueda de nubes moleculares en el universo.
PUEDES VER: El ave que sobrepasa al Everest vuela hasta los 11.300 metros de altura y puede planear durante horas

Eos revelaría cómo se forman las estrellas
La proximidad de Eos abre una puerta sin precedentes para estudiar detalladamente los mecanismos detrás de cómo se forman las estrellas. Las observaciones futuras podrían ofrecer respuestas clave sobre el ciclo de vida del gas interestelar, desde su condensación en nubes moleculares hasta su colapso en nuevos sistemas estelares.
Melissa McClure, astrónoma de la Universidad de Leiden, destacó que este descubrimiento astronómico equivale a encontrar un enorme búnker oculto en medio de una zona que se creía bien explorada. Su comentario refuerza la idea de que incluso en nuestro entorno cercano aún quedan misterios fundamentales por descubrir.
Este fenómeno podría además proporcionar datos valiosos para la comprensión de otros procesos astrofísicos, como la dispersión del gas interestelar y el surgimiento de nuevos planetas en las regiones de formación estelar.
















