Un arrecife de 300 millones de años se convirtió en una gran montaña en América y está repleta de fósiles
El Parque Nacional Guadalupe Mountains y el Arrecife Capitán revelan el pasado marino de Texas a través de formaciones fósiles excepcionales.
- Arqueólogos creyeron encontrar una pieza de maquinaria agrícola antigua, pero resultó ser una rara llanta de carruaje de la Edad de Hierro
- Biólogos descubren toneladas de bacterias descongelándose en los océanos por el derretimiento de los glaciares

Entre los picos más elevados del oeste de Texas, yace una historia de transformación geológica única. El Capitan, un arrecife de casi 300 millones de años, emergió de las profundidades marinas para formar las majestuosas montañas de Guadalupe. Hoy, el Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe conserva esta reliquia natural, un auténtico museo al aire libre repleto de fósiles que documentan la vida en el periodo Pérmico.
El paisaje, antes sumergido bajo un mar cálido y poco profundo, expone los restos de antiguas criaturas marinas. El Capitan Texas, una de las formaciones más emblemáticas del parque, junto con El pico de Guadalupe, ofrece una ventana privilegiada hacia la prehistoria, cuando el supercontinente Pangea dominaba el planeta.

El Capitán en el Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe. Foto: NPS
De un antiguo mar a uno de los picos más altos de Texas
Durante el periodo Pérmico, hace entre 300 y 250 millones de años, la región que hoy conocemos como Texas formaba parte del borde costero de Pangea. El antiguo arrecife de Texas, conocido como Arrecife Capitán, creció a lo largo de un mar interno, compuesto principalmente por esponjas, algas y otros organismos marinos.

Las Montañas de Guadalupe en Texas eran parte de un antiguo mar, ahora es un arrecife fosilizado.
Con el paso de los milenios, cambios en el nivel del mar cubrieron el arrecife bajo miles de metros de sedimentos, preservándolo como un fósil gigante. Hace aproximadamente 20 millones de años, movimientos tectónicos elevaron estas capas de roca, dando origen a las actuales montañas fósiles de Texas. Esta serie de eventos geológicos hizo visible uno de los arrecifes fósiles en Texas más espectaculares y mejor conservados del mundo.
La vida al borde de Pangea
Los fósiles del periodo pérmico en Texas ofrecen un vistazo fascinante a la biodiversidad marina antes de la extinción masiva que marcó el fin de esa era. Investigadores han identificado en la zona restos de ammonites, bivalvos, braquiópodos, crinoides, caracoles y trilobites.

Esta región, rica en fósiles marinos del Período Pérmico, fue posteriormente enterrada y posteriormente elevada por la actividad tectónica. Foto: North Texas Fossils
El sendero pérmico permite a los visitantes recorrer parte de esta historia. Este sendero atraviesa McKittrick Canyon, donde los fósiles sobresalen de las rocas como testigos silentes de un ecosistema desaparecido. Según datos del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos, este sendero es uno de los pocos lugares en América donde se puede observar un arrecife fósil de forma tan accesible y detallada.
Los imponentes monumentos fósiles de Texas
Entre los hitos más destacados del Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe, se encuentra El Capitan Texas, un acantilado de 1,000 pies de altura que domina el paisaje desértico. No muy lejos, el pico de Guadalupe, el punto más alto de Texas, se eleva a 2,667 metros sobre el nivel del mar.
Además del Arrecife Capitán, los vestigios de este antiguo arrecife también forman parte de las montañas Apache y Glass. La zona oeste del parque, caracterizada por dunas de yeso de hasta 18 metros de altura, añade un contraste sorprendente al espectáculo geológico, creando un escenario que parece detenido en el tiempo.