Así es TrES-2b, el gigantesco planeta de la ‘eterna oscuridad’
Este mundo es tan oscuro que el ojo humano podría confundirlo con el vacío del espacio.
Más allá del sistema solar, existe una infinidad de planetas que superan nuestra imaginación. Hay aquellos que tienen océanos muy profundos y otros que han sobrevivido después de haber sido calcinados por su estrella. Pero, entre todos estos curiosos cuerpos celestes, hay uno que destaca por ser el más oscuro descubierto hasta la fecha: TrES-2b, el mundo de la “eterna oscuridad”, según la NASA.
Descubierto en 2006, a 703 años luz de distancia de la Tierra, TrES-2b es un planeta similar a Júpiter en tamaño y composición, pero no en temperatura. ¿El motivo? A diferencia de nuestro vecino, el mundo orbita apenas a 5 millones de kilómetros de su estrella (GSC 03549-02811), razón por la cual un año equivale a 2,5 días y su atmósfera podría ser tan caliente como la lava.
Por tales características, los astrónomos lo clasifican como un “Júpiter caliente”, un tipo de exoplaneta muy raro en el universo; se cree que existen aproximadamente unos 150 fuera de nuestro vecindario estelar.
TrES-2b es el planeta más oscuro descubierto hasta la actualidad. Foto: captura de pantalla / NASA
Más oscuro que el carbón
Con “eterna oscuridad”, los astrónomos no se refieren a una ausencia de luz completa, sino a la mínima cantidad de luz visible que puede reflejar el cuerpo astronómico y que los humanos percibimos como el color negro.
Para entender mejor este detalle, es preciso saber que, en la Tierra, una de las sustancias más oscuras es el carbón, el cual absorbe el 95% de luz visible que incide sobre él y refleja solo el 5%, por lo que nuestros ojos lo perciben como un material extremadamente sombrío.
TrES-2b, en cambio, absorbe el 99,9% del espectro visible, es decir, es más oscuro que el propio carbón o que la pintura acrílica negra, descubrió en 2011 un equipo de astrónomos de la Universidad de Princeton y del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, cuando estudiaron el extraño mundo con ayuda del telescopio espacial Kepler de la NASA.
“No es completamente negro. Hace tanto calor que emite un tenue resplandor rojo, muy parecido a una brasa encendida o las bobinas de una estufa eléctrica”, declaró por entonces David Spiegel, principal autor del estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomic Society.
Pese a esa escasa reflexión de luz visible, el exoplaneta pudo ser detectado debido a su extremo brillo térmico, expresado en luz infrarroja. Según los expertos, si este ‘mundo oscuro’ estuviera en el sistema solar, los telescopios especializados en este espectro electromagnético lo verían 3.000 veces más radiante que Venus, el más brillante de todo el sistema solar.
Mapa de dónde se encontraría TrES-2b si estuviera en el sistema solar. Foto: captura de pantalla / NASA
Un misterioso compuesto en su atmósfera
Si bien los astrónomos han observado y estudiado unos cuantos Júpiter calientes, famosos por su opacidad, todavía nada explica la extrema negrura de TrES-2b.
Los astrónomos han sugerido que, en su atmósfera, además de hidrógeno, helio, sodio y potasio vaporizados y óxido de titanio gaseoso, existe una sustancia química capaz de absorber esa extraordinaria cantidad de luz visible que todavía no ha sido identificada.
“Parece que falta algo en nuestra lista de ‘ingredientes’ que componen la atmósfera de este planeta. Está absorbiendo gran parte de la luz óptica que llega a este planeta, pero no estamos seguros de cuál es ese ingrediente extra”, señaló Spiegel.
Ilustración de TrES-2B, el planeta de la eterna oscuridad. Foto: NASA / David Aguilar