Científicos logran traducir los chillidos de los cerdos destinados al consumo humano
Comprender lo que los animales comunican mediante sus particulares sonidos nos acercará a saber, en la mayoría de ocasiones, cómo procurar su bienestar mental.
Una gran cantidad de animales manifiesta expresiones vocales. Así, las especies estarían proporcionando una fuente para evaluar sus emociones —reacciones afectivas intensas— en determinadas circunstancias. Más adelante, incluso los científicos propondrían iniciativas relacionadas a desarrollar herramientas automatizadas de monitoreo.
Enfocados en esta particularidad, investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), ETH Zurich (Suiza) y el Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (INRAE de Francia) realizaron un análisis de datos de las llamadas de alta y baja frecuencia en cerdos desde su nacimiento hasta su sacrificio para el consumo humano. Ellos lograron traducir lo que estos animales querían decir con sus gruñidos y chirridos.
Los resultados de este estudio, secundado por el funcionamiento de redes neuronales altamente fiables, se encuentran disponibles en la revista Scientific reports.
“Las llamadas HF (gritos, chirridos) son comunes en contextos negativos, mientras que las llamadas LF (gruñidos) prevalecen en situaciones neutras y positivas (...)”, indicaron los expertos.
Según el artículo de Elodie F. Briefer, profesora asociada al Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague, autora principal del manuscrito, examinaron los detalles de 7.414 llamadas HF y LF producidas por 411 cerdos en 19 categorías “que cubren toda la vida” de estos animales.
Más de 100.000 cerdos pueden ser sacrificados en las próximas semanas en Reino Unido si la situación no cambia. Foto: Sinergia Animal
“Al entrenar un algoritmo para que reconozca estos sonidos, podemos clasificar el 92% de las llamadas en la emoción correcta”, aseguró Briefer.
Durante los últimos 15 años, en palabras de los investigadores, los científicos le han prestado especial interés a las emociones del reino animal. Como el bienestar de la salud física de las especies de granja ya se puede detectar, ahora las flechas de indagación apuntan a la salud mental. Aquí reunieron grabaciones de cinco laboratorios en sus esfuerzos por entregar una solución plausible.
“Estos resultados sugieren que se puede desarrollar un sistema de reconocimiento automatizado para esta especie altamente comercial que permita la discriminación en tiempo real de estados emocionales por valencia o contexto de producción”, expresaron los autores en el apartado de Discusión.
Luego, complementaron: “Las emociones negativas son parte del sistema motivacional desagradable de un animal y, por lo tanto, son desencadenadas por contextos que disminuirían la aptitud en la vida natural y los cerdos las evitan; tales contextos (p. ej., estrés, aislamiento social, peleas, restricción física) se asumieron como negativos”.
En cuanto a las emociones positivas, declararon que son motivaciones placenteras que “contribuyen a mejorar la condición física”. Se asumió que tales comportamientos como la reunión, el acurrucamiento o la lactancia estaban asociados a ese tipo de sentimientos.