Ciencia

Cómo la heroína pasó de ser usada para curar la tos a estar prohibida

Hace más de un siglo, era el principal ingrediente que empleaba Bayer para su remedio contra la tos en pacientes con tuberculosis. Fue descrita como “droga heroica” y pasó a llamarse “heroína”.

El remedio a base de heroína salió en forma de jarabe, tabletas, pastillas y supositorios. Foto: Retratoterapias
El remedio a base de heroína salió en forma de jarabe, tabletas, pastillas y supositorios. Foto: Retratoterapias

La heroína, cuyo nombre químico es diacetilmorfina, se usó hace más de 100 años como remedio contra la tos. Los investigadores descubrieron su poder expectorante y antitusivo en pacientes con tuberculosis, neumonía, bronquitis o cualquier tipo de condición crónica.

Sus beneficios eran tales que la llamaron “droga heroica” y de ahí nació su nombre. No obstante, su uso llegó al mundo criminal y fue entonces cuando la farmacéutica que inició su comercialización, Bayer, decidió alejarse del químico. Más tarde, la heroína pasó a ser declarada ilegal.

Según detalla la BBC, el reporte más antiguo de su descubrimiento data de 1874, cuando el químico inglés C.R.A. Wright la sintetizó a partir de la morfina. En aquel entonces, los opioides podían usarse en la medicina, pero los investigadores buscaban sustancias que no fueran adictivas.

En el caso de la heroína, se esperaba que su efecto adictivo fuera menor, al igual que sus efectos secundarios. Además, “calmaba la tos en pacientes tuberculosos y facilitaba el sueño”, escribieron Francisco López-Muñoz y Cecilio Álamo González, profesores de Farmacología de Universidad Camilo José Cela y la Universidad de Alcalá, en España, de acuerdo a un artículo en The Conversation, publicado en junio de 2020.

En 1897, la farmacéutica alemana Bayer apostó por la diacetilmorfina, así que la sometieron a ensayos clínicos con animales y, más adelante, con personas. Los resultados demostraron efectos alentadores con respecto a su capacidad antitusiva.

Dos años después, Bayer empezó a producir un remedio que contenía la diacetilmorfina como ingrediente principal. Llamó a su producto “heroína” en referencia a la “droga heroica” que había descubierto. La sustancia salió también en presentaciones de polvo, jarabe, tabletas, pastillas y hasta supositorios.

Una década después, la farmacéutica alemana comercializaba la heroína en más de 20 países del mundo como un antitusígeno. En Estados Unidos, la venta se hacía sin receta médica, por lo que era probable que también la tomaran niños, refiere el profesor de la Universidad Buffalo, David Herzberg, entrevistado por la BBC.

Prohibición

Aunque hay muchos artículos que advierten sobre el potencial adictivo sobre la heroína, David Courtwright, profesor emérito de la Universidad del Norte de Florida y experto en historia de las drogas, declara que este componente no causó graves problemas de adicción en los pacientes que lo usaban contra la tos.

“De 350 casos de adicción médica, a principios del siglo XX, de personas que usaban morfina, opio o heroína debido a una enfermedad, solo seis de esas 350 personas eran adictas a la heroína. Eso es 1,7%. La mayoría de adictos a los opiáceos a principios del siglo XX eran adictos a la morfina, que se usaba para muchas más afecciones “, dijo Courtwright a la BBC.

Esto se debió a que esencialmente las dosis que se recomendaban médicamente eran muy bajas. Sin embargo, la heroína se hizo popular en el mundo criminal en la década de 1910. Fue esta la razón por la que más adelante se prohibió su uso.

Ya en 1912, los jóvenes de Nueva York la usaban como droga recreativa. La heroína era más sencilla de conseguir que el opio y resultaba más barata en el mercado negro que la cocaína.

Bayer empezó a distanciarse de la medicina y, poco a poco, en 1940, dejó de comercializara de forma definitiva. Finalmente, en el siglo XX casi todos los países se unieron a su prohibición legal.