Ciencia

Mutación genética causa que los conejos corran sobre sus patas delanteras

Además de los conejos domésticos sauteur d’Alfort, los ratones con un defecto genético conocido como RORB también elevan sus patas y se mueven en posturas verticales.

Una proteína producida por un gen ayuda a los conejos a pararse y movilizarse de manera extravagante. Foto: PLOS Genetics
Una proteína producida por un gen ayuda a los conejos a pararse y movilizarse de manera extravagante. Foto: PLOS Genetics

El movimiento de salto es una característica común en mamíferos como los conejos, las liebres, canguros y algunos roedores. Hasta ahora, la ciencia conoce poco de los mecanismos que controlan y afinan esa marcha.

Miguel Carneiro, del Departamento de Biología en la Universidad de Oporto (Portugal), Jennifer Vieillard, proveniente de la Universidad de Uppsala (Suecia), y sus colegas han analizado el extraño comportamiento de los conejos domésticos llamados sauteur d’Alfort , los cuales elevan sus patas traseras verticalmente y se apoyan en las delanteras para correr o trasladarse de un lugar a otro.

Los resultados se pueden leer en PLOS Genetics, revista de acceso abierto y revisada por pares.

La mutación de un gen RORB ocasiona esas actitudes, tal y como sucede con algunos ratones que adoptan posturas acrobáticas. El cambio brusco de esa unidad básica de la herencia crea instrucciones defectuosas. En procesos normales, se utilizan las células a fin de producir proteínas.

Según los autores del estudio, “la mutación que causa este defecto en el patrón de locomoción ocurre en el gen que codifica el factor de transcripción RORB que normalmente se expresa en muchas regiones del sistema nervioso, especialmente en el asta dorsal de la médula espinal”.

“A baja velocidad, durante la fase de balanceo, levantan excesivamente las patas traseras. A mayor velocidad, los movimientos de las patas traseras, en lugar de estar sincronizados, muestran un ligero desplazamiento y los conejos salteadores nunca realizan el salto”, explicaron los firmantes.

Sin embargo, la comprensión de este fenómeno en la biología animal puede abrir nuevos conocimientos sobre la utilidad de la médula espinal. Leif Andersson, genetista molecular y coautor del estudio científico, dijo que la investigación agregará saberes complementarios sobre el movimiento de los seres humanos y otros animales, no solo de este caso particular.

“Si miras el sprint de 100 metros, Usain Bolt o alguien así, hay una supercoordinación entre las extremidades (...). Si te falta la coordinación entre brazos y piernas... nunca podrías competir por una medalla de oro”, sostuvo Andersson, aludiendo al defecto genético.

Para Stephanie Koch, neurocientífica del University College London, quien no formó parte de la investigación, aquella condición podría darle esperanza a los especialistas que busquen ‘reparar’ un mal asociado a RORB.