La supervivencia del coronavirus aumenta hasta 23 veces más por la humedad, según estudio
"La vida útil máxima en el aire cambia de condiciones de aire húmedo a seco cuando la temperatura disminuye", declararon científicos de Estados Unidos.
Un grupo de científicos de la Universidad de Missouri (Estados Unidos) determinaron que la humedad incrementa la perduración del coronavirus SARS-CoV-2, tras realizar una investigación para comprender la dinámica de las gotas exhaladas en las actividades respiratorias humanas.
“Debe enfatizarse que la humedad puede extender la vida útil en el aire de una gota de 50 μ m (micrómetro) en más de 23 veces”, dijeron en la revista Physics of Fluids, que publicó el estudio el martes 18 de agosto.
Ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que es posible infectarse de COVID-19 por las gotitas que se mantienen suspendidas en el aire. Ahora los expertos abordaron cómo el flujo y los fluidos las afectan y por ende influyen en todo el proceso.
Al usar una distribución del tamaño de las gotas y la duración de la tos, aplicaron un modelo para estudiar los mecanismos del nuevo coronavirus transportados por el aire. “Esto sugiere que el transporte aéreo de gotitas de tamaño mediano es extremadamente sensible a la humedad”.
El equipo, liderado por Binbin Wang, apuntó que la temperatura ambiente también afecta la vida útil de una gota porque "influye fuertemente en las propiedades termodinámicas de las gotas y el vapor asociado".
"Este resultado muestra cómo la vida útil máxima en el aire cambia de condiciones de aire húmedo a seco cuando la temperatura disminuye. En aire muy húmedo, la disminución de la temperatura acorta la vida útil en el aire debido a una evaporación más lenta si la gota finalmente se deposita en el suelo", añadieron.
En contraposición, el aire seco puede retardar la propagación del virus SARS-CoV-2, apuntaron que a una humedad relativa del 50% ninguna de las gotas de 50 micrómetros viajó más allá de los 3,5 metros.
“Mantener la distancia física remediaría significativamente la propagación de esta enfermedad al reducir tanto la deposición de gotitas sobre las personas como la probabilidad de inhalación de aerosoles cerca de la fuente infecciosa”, sugirieron.
El trío de especialistas de la Universidad de Missouri resaltaron que su modelo se puede aplicar para estudiar las gotas finas y gruesas en la transmisión de influenza; cuyos virus se propagan principalmente a través del aire por las gotitas expulsadas al toser, estornudar o hablar.