Ciencia

Si se acaba el confinamiento, ¿cómo nos protegemos de la COVID-19?

Algunos países ya entran a una etapa de reanudación progresiva de sus actividades, lo cual implica riesgo de contagios. El inmunólogo Erin Bromage da algunos consejos sobre cómo reducir esta posibilidad.

Centros comerciales incrementarán las labores preventivas para frenar expansión del COVID-19. Foto: Difusión
Centros comerciales incrementarán las labores preventivas para frenar expansión del COVID-19. Foto: Difusión

A cinco meses desde que se dio a conocer el primer caso de infección por el nuevo coronavirus, ya algunos países de Europa empiezan un proceso de desconfinamiento. En otros continentes, los Gobiernos también apuntan hacia lo mismo.

Para algunos, esta alternativa alivia aspectos laborales y económicos. Sin embargo, existe el riesgo de mayores infecciones y un posible segundo brote de la pandemia. Erin Bromage, inmunólogo y profesor asociado en la Universidad de Massachusets (Estados Unidos), conversó con la BBC al respecto y brindó algunos consejos para reducir este peligro.

Para empezar, dice Bromage, las personas se enferman más en sus propias casas que en la calle. Basta con que un miembro de la familia esté contagiado y, debido al constante contacto con los otros, la probabilidad de la propagación es mayor.

En otros espacios, en cambio, depende de lugar, del tiempo de exposición y de otros factores. Por ejemplo, es poco probable el contagio durante una caminata por el parque.

“Al aire libre, tienes una dilución ilimitada, dice Bromage. “Así que exhalas y esto se disipa muy, muy rápido”, agrega.

Lugares y personas riesgosas

Las personas con síntomas pueden contagiar con solo toser o estornudar. Incluso aunque no estés presente cuando lo hace. Según el inmunólogo, algunas gotas infectadas emitidas por un infectado pueden permanecer en el aire durante unos minutos.

Por ello, si ingresas a una habitación dentro de este tiempo, podrías respirar las partículas virales suficientes para contagiarte también. Por el contrario, si hablamos de un infectado asintomático (no tose ni estornuda), la probabilidad se reduce.

En ese sentido, asegura Bromage, los espacios cerrados son peligrosos y aún más si implica aglomeración de varias personas. Oficinas y consultorios entran en la lista, por ejemplo.

Sin embargo, particularmente los eventos al aire libre como fiestas de cumpleaños, eventos sociales, teatros o coros también son riesgosos, ya que los gritos o los cantos expulsan mayor cantidad de gotículas.

“Incluso si estaban a 15 metros de distancia, como en el coro o en el centro de atención telefónica, al ser alcanzados por aire que contenía una dosis aunque sea baja del virus durante un período prolongado, fue suficiente para causar un contagio”, contó Bromage acerca de un caso.

Qué hacer

El experto aconseja por ello evitar ambientes cerrados y ambientes abiertos con poca ventilación. Al aire libre, los episodios de brotes son menores, pero es correcto mantener la distancia social y limitar la duración de las interacciones con otros.

Estas mismas medidas aplicadas en interiores no son muy efectivas, advierte Bromage, por eso es importante permanecer poco tiempo en estos lugares. Además, se debe considerar el volumen del espacio y la cantidad de gente que habrá.

“Si estás sentado en un espacio bien ventilado, con pocas personas, el riesgo es bajo”, indicó. “Si estás en una oficina de diseño abierto, realmente necesitas evaluar críticamente el riesgo (volumen, personas y flujo de aire). Si estás en un trabajo que requiere hablar cara a cara o, lo que es peor, gritar, necesitas evaluar el riesgo”, añadió.

Por último, no perder la costumbre de lavarse las manos con frecuencia y dejar de “tocarse la cara”.

“No olviden las superficies. Esas gotitas respiratorias infectadas aterrizan en algún lugar”, finaliza.