Ciencia

El cerebro de los niños se encoge para siempre a causa del sufrimiento, según estudio

Científicos analizaron los cerebros de jóvenes que fueron rescatados de los orfanatos rumanos cuando eran niños.

Los científicos analizaron el cerebro de 67 niños abandonados en orfanatos. Foto referencial.
Los científicos analizaron el cerebro de 67 niños abandonados en orfanatos. Foto referencial.

Un equipo de psicólogos y psiquiatras de Reino Unido han determinado que el sufrimiento causa en los niños una reducción permanente del volumen de su cerebro, así como un menor coeficiente intelectual y problemas emocionales que los acompañarán hasta adultos.

Antes de llegar a esta conclusión, los investigadores hicieron un seguimiento a los niños que fueron rescatados de los precarios orfanatos de Rumanía durante la década de los 90. En aquella época, acababa de finalizar la dictadura de Nicolae Ceausescu, quien impuso una agresiva política natalista, obligando a las familias a ser más numerosas.

Como consecuencia de ello y de la crisis económica, decenas de miles de niños fueron abandonados por sus padres en instalaciones donde pasaron hambre y sufrieron abusos físicos y sexuales. Muchos de estos pequeños fueron adoptados por familias británicas.

“Más de 20 años después de que acabaran aquellas condiciones, aún podemos observar diferencias en la estructura cerebral”, explica Nuria Mackes, investigadora del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College.

La especialista estudió el cerebro de 67 de los huérfanos, que habían pasado entre 3 y 31 meses de privaciones en un centro estatal antes de ser acogidos por una familia inglesa. Luego, con el objetivo de comparar, analizaron a unos 20 adoptados que habían salido de orfanatos británicos.

Los científicos hallaron que el volumen total de los cerebros de los niños rumanos muestran una reducción media del 8,57%, incluso cuando la mayoría han superado los 20 años de edad o están cerca de hacerlo.

Los resultados de la investigación, publicada en PNAS, muestran también que el grado de reducción cerebral depende de la cantidad de sufrimiento padecida por el niño: por cada mes de más pasado en los terribles orfanatos, los jóvenes tienen entre dos y tres centímetros cúbicos menos de masa cerebral.

“Más allá del menor volumen cerebral total, también vemos cambios en el volumen y grosor de diversas áreas del cerero”, indica Mackes.

Unos 100 000 niños llegaron a instituciones estatales de Rumanía. Foto: Difusión.

Unos 100 000 niños llegaron a instituciones estatales de Rumanía. Foto: Difusión.

Lo sorprendente de su hallazgo es que los niños arrastraron esos daños a pesar de todo el tiempo transcurrido, teniendo en cuenta que, apenas se integraron a sus nuevas familias, su entorno material, emocional y psicológico fue normal.

En otros huérfanos rumanos analizados ya de adultos, se descubrieron otros problemas.

Vemos efectos tanto en ansiedad y depresión que no estaban presentes en la infancia. Es como si los jóvenes que tuvieron otras dificultades relacionadas con la privación cuando eran niños desarrollaran estos problemas emocionales y parece estar relacionado con dificultades para encontrar empleo o hacer amigos", detalla Edmund Sonuga-Buke, coautor del estudio y autor principal de otro publicado en The Lancet.

Sonuga-Buke comprobó que, cuando aún eran pequeños, los huérfanos de Rumanía presentaban menores habilidades cognitivas y sociales en comparación con los adoptados de origen británico.

“La demostración de estos efectos tan profundos de las privaciones en el tamaño cerebral y la conexión de estas diferencias con un menor cociente intelectual y mayores síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) ofrece algunas de las pruebas más consistentes de la base neurobiológica de los problemas provocados por el sufrimiento”, concluye Mackes.