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Desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19 difundida en Perú durante el 2020

Conoce cuáles fueron los bulos acerca de las vacunas contra el nuevo coronavirus surgidos en las redes sociales en este año.

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Desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19 difundida en Perú durante el 2020. Foto: plantilla Verificador de La República / captura en Facebook.

La desinformación sobre las vacunas en desarrollo para generar inmunidad contra la COVID-19 continúa en aumento desde abril del año 2020. En esta nota, reunimos algunos artículos de Verificador de La República dedicados a los bulos de este tema viralizados en redes sociales.

Vacunas ARNm

Vacunas ARNm. Foto: captura en Facebook / Verificador de La República.

1. Distintas publicaciones aseguran que la vacuna ARNm “modifica los genes” y representa un crimen contra la humanidad. Otros la describen como una vacuna transgénica que degenerará el ADN o genoma humano. Sin embargo, estas aseveraciones no son ciertas.

Juan More Bayona, PhD en Inmunología comparada, explicó a este medio que “la vacuna no va a generar un cambio en nuestra información genética”. “El ARN se ha modificado en el laboratorio para que solamente sea reconocido (...) en nuestro citoplasma como ribosoma (pequeñas organelas que hacen ese cambio de ARN a proteína)”, sentenció.

De igual modo, el especialista indicó que “nuestra información genética, la del ADN está precisamente en el núcleo”. Por lo tanto, el ARNm, físicamente, “no puede llegar al núcleo”.

2. Por otro lado, un post advierte los efectos adversos que traería la vacuna contra el nuevo coronavirus fabricada por los laboratorios Pfizer/BioNTech. Según la imagen, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) enumeró posibles reacciones como el síndrome de Guillain-Barré, mielitis transversa, accidente cerebrovascular, muerte y otras. Sin embargo, esto no es verdad.

El documento de la FDA fue publicado el último 22 de octubre, antes de la aprobación de dicha vacuna y, además, esta lista es un borrador sujeto a cambios y no una hoja informativa oficial. También, los resultados de los ensayos clínicos de esta vacuna no han reportado efectos secundarios como los que enumera la imagen viral.

Asimismo, otro bulo asegura que la nueva variante del SARS-CoV-2 fue producida por la inoculación de esta vacuna, la cual inició en Reino Unido. Esto también es falso.

La mutación de un virus es común y en el nuevo coronavirus se ha dado desde su aparición. Así lo demostró un estudio preliminar (aún no revisado por pares) publicado en la plataforma MedRxiv. Además, esta variante apareció meses antes de que se autorice el uso de emergencia de la vacuna en el Reino Unido.

Asimismo, un video viralizado afirma que la enfermera del Hospital CHI Memorial, de Estados Unidos, Tiffany Dover, murió tras recibir la vacuna de Pfizer y BioNTech, el 17 de diciembre. Sin embargo, esto no era cierto.

El Hospital Memorial de Tennessee, Estados Unidos, informó el mismo sábado 19 de diciembre que su situación era buena en Twitter. Así también, el lunes 21 de diciembre, dicho centro de salud publicó un video en Facebook donde se la ve junto a sus compañeros de trabajo.

Esterilización

Vacunas esterilizan. Foto: captura en Facebook / Verificador de La República.

1. En agosto, un post señaló que la ‘Junta Argentina de Revisión Científica’ presentó un supuesto documento científico de 35 páginas, el cual demostraba que las vacunas actuarían sobre la enzima ACE2 para esterilizar a las personas. Tres meses después, otras publicaciones aseveraron que las vacunas causan infertilidad. Todo ello fue compartido por los usuarios. Sin embargo, estas informaciones fueron calificadas por Verificador como falsas.

Primero, el mencionado ‘informe’ no es un documento científico. Segundo, las vacunas contra la COVID-19 no actúan sobre la enzima ACE2 porque el objetivo es la proteína Spike. Según el doctor en Ciencias Naturales y biólogo evolutivo, Pedro E. Romero, y el estudio publicado en Science —Structural basis for the recognition of SARS-CoV-2 by full-length human ACE2—, la proteína S del virus causante de la COVID-19 se une a la enzima ACE2 para poder infectar nuestro cuerpo.

2. Otra publicación vincula a las vacunas con la infertilidad y abortos espontáneos porque, supuestamente, la inmunización afectaría a la sincitina, proteína que se produce durante el embarazo. El post explica que la proteína Spike y la sincitina son “iguales” y que, supuestamente, si la vacuna combate la proteína Spike, también afectaría a la sincitina y produciría infertilidad en las mujeres. Sin embargo, esta información no es cierta.

La proteína Spike no es igual a la sincitina. Ambas comparten una cadena diminuta de aminoácidos, pero esta similitud es tan pequeña que no se justifica una respuesta inmunitaria que afecte a ambos, según Erika Castillo Carrión, experta en genética y biotecnología, y Alejandra Ruiz, bioquímica y magíster en comunicación científica.

“Para que dos proteínas sean similares, la coincidencia en algunos cuantos aminoácidos o en regiones muy cortas no es suficiente, y ese es el caso de las secuencias de la proteína Spike del SARS-CoV-2 y de la sincitina”, señaló Erika Castillo. Por su parte, Alejandra Ruiz afirmó que los anticuerpos que generan estas vacunas atacan a la COVID-19, no a la sincitina.

Vacunas de AztraZeneca y Gamaleya

1. Un usuario compartió información que afirma que la vacuna contra el nuevo coronavirus elaborada por AstraZeneca contiene tejido pulmonar de feto y adjuntó imágenes que ‘probarían’ que el compuesto MRC-5 es el tejido de feto.

Sin embargo, esto es falso porque el compuesto de la vacuna de AstraZeneca es un adenovirus de chimpancé y no de restos de fetos. Además, la línea celular MRC-5 citada en la publicación se elabora, actualmente, a partir de trabajos en laboratorio.

2. En agosto se difundieron bulos sobre la vacuna Sputnik, de Rusia, en redes sociales. Un post aseguraba que esta vacuna ya estaba en “fase 6″, pero esta información es falsa. La candidata a vacuna contra la COVID-19 aún no había culminado la fase 3 y su inicio fue anunciado de manera oficial para la última semana de agosto.

También hubo otra información falsa que garantizaba que la vacuna producida en Rusia era “la más segura y no tiene efectos secundarios para la salud”. Sin embargo, esto no era cierto.

La vacuna Sputnik V aún no había publicado los resultados de las pruebas clínicas de la fase 2, por lo que, hasta esa fecha, los avances de su investigación solo se basaban en los ensayos realizados en 76 voluntarios y en declaraciones dadas por el ministro de Salud, Mikhail Murashko.

Vacunas obligatorias

Vacunas obligatorias. Foto: captura en Facebook / Verificador de La República.

Asimismo, se difundieron distintas publicaciones que aseguraban que la vacuna contra la COVID-19 en el Perú será obligatoria. Pero esto no es cierto.

La ley 31091, publicada el 18 de diciembre, establece que el acceso a los medicamentos y vacunas que permitan curar y prevenir el coronavirus SARS-CoV-2 será libre y voluntario para la población en general. En esa línea, la titular del Ministerio de Salud (Minsa), Pilar Mazzetti, en una presentación ante la Comisión de Salud y Población del Congreso, dijo: “Es obligación del Estado vacunar. Si las personas no desean vacunarse, no se vacunan”.

Microchips

Microchips. Foto: captura en Facebook / Verificador de La República.

1. Desde abril, un bulo indica que el empresario e informático estadounidense Bill Gates creó el SARS-CoV-2 para instalar microchips con tecnología 5G en las personas con la excusa de aplicarles la vacuna contra la COVID-19. Pero esto es falso.

El post hacía alusión a la respuesta dada por el experto en informática en una plataforma de Reddit, pero esto no era cierto. La declaración de Bill Gates fue malinterpretada. El empresario no utilizó la palabra “implantes” ni dijo que se utilizarían para combatir la COVID-19.

Consultados por Reuters, la Fundación Bill y Melinda Gates declaró que a lo que se refería el cofundador de Microsoft era a la creación de una base de datos colaborativa que permitiera el libre acceso a la información.

Además, Thomas Hope, profesor de Biología celular y del desarrollo en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern e investigador de la vacuna COVID-19, afirmó al Chicago Tribune que esa tecnología no existe en las vacunas.

2. ”Todos los chinos fueron vacunados obligatoriamente con vacunas el pasado otoño de 2019. Las vacunas contenían ARN replicable, digitalizado, (controlable) activado por olas de 60 Ghz mm 5G solo en Wuhan (como en otros países usando 60 Ghz 5G) fueron activados con el ‘polvo inteligente’ que todos en el mundo inhalaron a través de Chemtrails”, aseguraba una publicación falsa respecto a la vacuna china.

El post recogía teorías conspirativas sin ningún sustento. Además, la fotografía adjuntada estaba presente en internet al menos desde el 2018 y no se relaciona con inyecciones o enfermedades.

Bulos antivacunas

Otros bulos antivacunas. Foto: captura en Facebook / Verificador de La República.

1. Así también, circuló un post que aseguraba que “en la antigüedad” no había casos de síndrome de Down, espectro autista y cáncer “porque no existían vacunas”. Sin embargo, esta relación no es cierta.

Las investigaciones determinan que no hay vinculación entre el trastorno del espectro autista y la vacunación. A su vez, el síndrome de Down es una alteración genética originada antes del nacimiento del niño y tampoco hay registros de casos de cáncer previos a la fabricación de vacunas.

2. Otro bulo afirmaba que las vacunas que utilizan adenovirus serotipo 5 (Ad5) aumentan el riesgo de contraer el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), que causa el sida (síndrome de Inmunodeficiencia adquirida). Sin embargo, esto es falso.

Estas vacunas no aumentan el riesgo de contraer el VIH en la población porque no es que sea una puerta de ingreso a una nueva infección. Además, hasta la fecha no existen reportes que alerten tal caso en la etapa clínica.

Finalmente, compartimos un vídeo donde se explica la desinformación de las vacunas contra la COVID-19, elaborado por Itzia Huillcahuari, periodista de la sección Ciencia del Diario La República.

*En caso desee saber si una publicación en las redes sociales es cierta o falsa, puede pedir a La República que compruebe la información. Envíe su solicitud al apartado Contacto o escríbanos a nuestro WhatsApp (+51 997 883 271).

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