Usuarios en Facebook viralizaron una publicación que alerta sobre el uso frecuente de las mascarillas porque esto, supuestamente, “aumenta las probabilidades” de dar positivo asintomático de COVID-19 a la prueba RT-PCR. Además, el post con más de 7.000 compartidos explicó que los “gérmenes” exhalados se quedan en el cubrebocas e ingresan a la persona, por lo que aumentaría el riesgo de infección.
Sin embargo, este contenido es falso porque el uso frecuente de las mascarillas disminuye el riesgo de la infección del nuevo coronavirus. Además, las pruebas PCR para COVID-19 solo detectan al SARS-CoV-2. Y no hay evidencia científica sobre la prevalencia de los asintomáticos.
Es falso afirmar que a mayor uso de mascarillas, más probabilidades de dar positivo al COVID-19 por prueba PCR. Foto: captura en Facebook.
En comunicación con el Verificador de La República, el neumólogo de la Sociedad Peruana de Neumología, Delfín Gavilano, destacó que “el uso de las mascarillas, más que problemas dérmicos, nos previene de la COVID-19”. “Pueden causar problemas pero son efectos leves, a comparación de no usar la mascarilla”, declaró.
Para el especialista, no es correcto decir que el mayor uso de los cubrebocas aumenta el ingreso de los ‘gérmenes’, ya que la efectividad en cuanto a la protección de estos dependerá del tipo y la textura.
Por su parte, Camille Webb, médico infectóloga de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), añadió que la mascarilla ofrece cierta protección y ayuda a evitar la propagación del SARS-CoV-2. “(El cubrebocas) se puede contaminar con virus (no necesariamente el SARS-CoV-2) o bacterias si se usa múltiples veces sin lavarlo. Pero no es correcto decir que usar la mascarilla aumenta el riesgo de infección. Lo que puede pasar es que se puede contaminar”, detalló a Verificador.
Patricio Canales, jefe de la unidad cardiorrespiratoria de la carrera de Kinesiología en la Universidad de Santiago (Chile), advirtió en una publicación de AFP Factual que “(...) una mascarilla utilizada por periodos extensos o reutilizada, puede favorecer el desarrollo de colonias (hongos, bacterias, etc). Son probablemente nuestros propios microorganismos, los que habitan en nuestra orofaringe o piel, que por contacto o a través de las gotitas de saliva, pueden llegar a la mascarilla y multiplicarse con cierta facilidad”.
Sin embargo, precisó que no es un ‘argumento válido’ para dejar de utilizar el cubreboca porque esta puede cambiarse y reemplazarse si se encuentra sucia o húmeda.
De la misma forma, Juan Sabatté, médico y doctor en microbiología e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, sostuvo a AFP Factual que retener algunos de los gérmenes que se exhala es justamente la utilidad de los tapabocas, “no dejar pasar gérmenes o al menos disminuir notablemente su paso”.
“La forma en la cual nuestro cuerpo elimina grandes cantidades de gérmenes presentes en la mucosa nasal y en todo el tracto respiratorio es ‘atrapándolos’ en el moco, el cual es barrido hacia la faringe (garganta), luego deglutido y los microorganismos son finalmente destruidos en el estómago, por efecto de la acidez y la actividad de diferentes secreciones digestivas”, agregó.
Asimismo, Sabatté señaló que la posibilidad de que los ‘microorganismos atrapados en la mascarilla’ reingresen al cuerpo “no ha sido debidamente estudiado”.
El uso frecuente de las mascarillas no aumenta el riesgo de infección del nuevo coronavirus, sino la reduce. Foto: La República / Antonio Melgarejo Yaranga.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró el uso de las mascarillas para prevenir la transmisión comunitaria de la COVID-19 en un informe del 5 de junio. El objetivo es evitar que el individuo infectado contagie y, a su vez, que la persona sana se infecte, según la entidad.
“Debido a la evidencia cada vez mayor de que las personas asintomáticas o con síntomas leves podrían contribuir a la transmisión de la COVID-19, las mascarillas podrían considerarse como un medio de control complementario a otras medidas llevadas a cabo para reducir la propagación”, comunicó un informe técnico del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.
De acuerdo a Camille Webb, la PCR (por sus siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimerasa”) es un tipo de prueba molecular. “Hay pruebas PCR para hongos y bacterias. Cada prueba PCR es específica para lo que cada uno está buscando. En COVID-19, solo detecta el virus (SARS-CoV-2)”, declaró.
“Yo puedo usar mascarilla y exponerme a alguien con el virus (de la COVID-19) y luego mi PCR puede salir positivo, pero no más positivo porque hubiese estado usando más la mascarilla, al contrario conseguiría algo de protección. No es cierto que si uno usa mascarilla tiene más riesgo de contagio y de salir positivo porque el germen se queda atrapado”, enfatizó.
Para una publicación AFP Factual, Juan Carballeda, investigador del CONICET y miembro de la Asociación Argentina de Virología (SAV), afirmó que la prueba PCR “tiene ventajas y desventajas. Lo que detecta es la presencia de genoma del virus SARS-CoV-2 y eso es indudable”.
Según la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos, existen dos tipos de pruebas en la coyuntura de la COVID-19: de diagnóstico y anticuerpos.
El primero comprende a las pruebas moleculares, como las pruebas RT-PCR —una variante de la PCR específicamente para el nuevo coronavirus— que detectan el material genético del virus y, a las pruebas de antígeno que identifican proteínas específicas.
El segundo es la prueba que detecta los anticuerpos producidos por su sistema inmunológico en respuesta a una amenaza, como un virus específico (tipo SARS-CoV-2).
En la prueba PCR, con un hisopo, se puede tomar una muestra de la nariz, de la parte posterior de la garganta o del escupitajo de un paciente. Luego, se analiza a nivel molecular, en búsqueda de la presencia de dos genes específicos del virus de la COVID-19.
Entre las características básicas de la PCR, según Gaceta Médica, se encuentran:
Alta especificidad | Diferencia entre dos microorganismos muy cercanos evolutivamente. |
Alta sensibilidad | Detecta cantidades de 20 copias/ml -o incluso menos- de material genético viral. |
Precoz | Identifica el virus en las primeras fases respiratorias. |
Para infectóloga de la UPCH, no hay evidencia de quiénes podrían ser pacientes asintomáticos del nuevo coronavirus. “Se sabe que las personas jóvenes tienen más probabilidades de ser asintomáticas que las personas mayores. También, existen razones genéticas (...). Las personas que han sido expuestas a otros resfríos y a otros virus parecidos quizás tengan algo de inmunidad. Sin embargo, son teorías, no están comprobadas”, sostuvo.
Un estudio publicado en la revista médica Annals of Internal Medicine —Prevalencia de la infección asintomática por SARS-CoV-2— concluyó que, en algunos pacientes asintomáticos, la carga viral es igual a las personas con sintomatología, lo que “sugiere un potencial similar de transmisión de virus (de la COVID-19)”. Sin embargo, resaltó que la prevalencia —grupo de individuos que presentan una característica o evento determinado— de la infección asintomática del SARS-CoV-2 continúa siendo incierta.
La publicación es falsa porque las pruebas PCR para COVID-19 (o RT-PCR) solo detectan al SARS-CoV-2, no a otros gérmenes como bacterias u hongos. Además, el uso frecuente de la mascarilla aumenta la prevención de la infección o propagación del nuevo coronavirus. Asimismo, no existe evidencia de la prevalencia de los pacientes asintomáticos.
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