Desarrollada aproximadamente entre los años 600 y 1.100 d. C., la civilización Wari, una de las más influyentes del Perú antiguo y que abarcó gran parte de los Andes centrales, destacó por su notable habilidad en la ingeniería y en la organización social.
Debido a una de sus más grandes construcciones como la imponente muralla Wari, conocida actualmente como la Gran Muralla China peruana, los recientes descubrimientos arqueológicos han revelado nuevas dimensiones de la sofisticación y la capacidad de los wari para manejar grandes proyectos de infraestructura. En esta nota, y a través del recorrido del youtuber Epicrol, conoce dónde se ubica y por qué es única.
A unos 3.500 m s. n. m., en el distrito de Lucre, provincia de Quispiqanchi, cerca al pueblo de Huarcarpay, a unos 7 km de Andahuaylillas, Cusco, se encuentra una zona arqueológica de 50 hectáreas llamada Pikillaqta, denominada actualmente como la Gran Muralla China peruana.
De acuerdo con los investigadores de topónimos, Pikillaqta proviene de dos raíces quechuas: ‘piki’, que representa ‘pulga’ o ‘pequeño’, y ‘llaqta’, ‘pueblo’, y se suele interpretar tanto ‘el pueblo de las pulgas’ como ‘el pueblo pequeño’.
Se le nombró Gran Muralla China peruana por el misticismo e impresionante parecido a la maravilla del mundo asiática que está ubicada en China. ¿Y por qué es místico? Esto debido a que no es una réplica, ya que su construcción se realizó hace aproximadamente 1.000 años a. C., por lo que los habitantes de esta provincia consideran que no hay forma de que lo hayan replicado, ya que los españoles aún no llegaban al Tahuantinsuyo.
Pikillaqta refiere a 'pueblo de los piojos' o 'pueblo pequeño'. Foto: captura de pantalla/Epicrol/YouTube
Epicrol cuenta que existe una leyenda acerca de su nombre y esta se relaciona con el agua. En la misma ciudad no había agua; por ello, el gobernador convocó que, al hombre que le lleve agua, le regalaría una de sus hijas doncellas. Así que todos emprendieron y uno de ellos logró el reto: construyó acueductos desde Huarcarpay, la laguna más cercana (1 km de distancia); en consecuencia, el gobernador debía darle a su hija.
Ya casados, el líder no estaba para nada contento; por tanto, decidió encerrar al hombre y a la doncella en una casa llena de pulgas. En este sentido, este sitio arqueológico es llamado Pikillaqta o ‘el pueblo de las pulgas’.
Los caminos largos lo asemejan a la Gran Muralla China. Foto: captura de pantalla/Epicrol/YouTube
La construcción de esta ciudad es mucho antes a la época incaica, pues esto se puede identificar por su tipo de piedras usadas. Epicrol, en su canal de YouTube, documenta esta arqueología y comenta que sus piedras no perfectas están pegadas por una combinación de barro, arcilla y yeso.
Asimismo, indica que la base de las construcciones es de piedra compacta, a diferencia de la parte alta, que es piedra porosa. Además, señala que las formas de las piedras son de grandes (base) a pequeñas (altura), ya que cumplen una función antisísmica.
Epicrol explica las diferencia entre las construcciones wari e inca. Foto: captura de pantalla/Epicrol/YouTube
Pikillaqta funcionaba como una residencia bien organizada y como centro ceremonial. En el centro de este sitio arqueológico vivían las personas de clase alta, y en los bordes, los de clase baja.