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Matt Gone, el hombre que tiene 848 cuadrados tatuados en el cuerpo, gana un récord Guinness

El estadounidense tiene más del 95% de su cuerpo cubierto de tinta, incluidos los ojos, la lengua y los genitales. Su historia es viral en YouTube.

larepublica.pe
Su historia es viral en YouTube y otras redes sociales. Foto: Google

Matt Gone nació en Nueva York, Estados Unidos, y tiene un récord mundial Guinness por los notables 848 cuadrados negros tatuados en su cuerpo, cifra confirmada por dos médicos que tuvieron que contarlos por él. La historia de este muchacho se viralizó en YouTube.

En una entrevista exclusiva para el canal de YouTube de Guinness World Records, Matt Gone contó que dos de los lugares del cuerpo más dolorosos para tatuarse son la nariz y los dedos de los pies.

Además, agregó que estornudó tinta negra durante unos 20 minutos después de su tatuaje en la nariz. “Fue lo más doloroso por lo que he pasado”, reveló Matt Gone.

“Mi tatuaje en la cabeza y la cara es el más impactante de todo el planeta. Sorprendo muchísimo a la gente en público. A las mujeres les gusta y, en general, tengo muy pocos problemas”, dijo Gone sobre su apariencia y el impacto que tienen sus tatuajes.

“Soy la única persona a cuadros en el planeta. Nadie ha hecho esto antes, por lo que todos los demás que puedan intentarlo serán solo copias. Ser original con respecto al diseño del tatuaje es casi imposible”, finalizó.

Chefs hicieron una paleta de pastel gigante de 44 kg y ganaron un récord Guinness

Aunque ya tiene el título de “finalista más joven en MasterChef”, según Forbes, Nick DiGiovanni se ha ganado otra distinción en su impresionante currículum culinario. El popular creador de contenido de comida de TikTok y YouTube buscó ganar un récord mundial Guinness, por lo que, en colaboración con su compañera cocinera, Lynn Davis, la pareja cambió el pastel de una sola porción por uno de proporciones épicas.

Según Guinness World Records, la paleta de pastel más grande del mundo de DiGiovanni y Davis pesaba unos impresionantes 44 kilogramos y tenía una circunferencia de más de 127 centímetros. Aunque nadie podía comerse ese dulce por sí solo, no se desperdició: la pareja lo compartió con otros y donó los ingredientes no utilizados a un banco de alimentos local.