Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat se reencontraron con el público peruano tras 5 años de ausencia.Grandes., Se definen como un matrimonio artístico feliz y sí que lo son. La noche del miércoles, los cantautores españoles Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat volvieron a demostrar durante el concierto que brindaron en el Jockey Club que, si ya individualmente son dos grandes de la música, juntos son incomparables . Iniciaron su show titulado “ Dos pájaros contraatacan ” con los temas “ Ocupen su localidad ” y “ Hoy puede ser un gran día ”. Luego siguieron algunas canciones del pasado como “ Princesa ”, “ Cantares ”, “ 19 días y 500 noches ”, “ Tu nombre me sabe a hierba ”, “ Sin embargo ” y “ Esos locos bajitos ”, entre otros, que fueron interpretados en compañía del público que no paraba de cantar sus canciones. Los temas de su último álbum, La orquesta del Titanic , producido por la dupla, también estuvieron presentes. Siempre irónicos, destilando humor, nostálgicos y por momentos cayendo deliberadamente en el ridículo, Serrat y Sabina iban cantado cada uno sus temas y también los del otro, se jugaban bromas, conversaban con el público e iban contando historias personales. Antes de interpretar “ Rosa de Lima ” (inspirado en su compañera Jimena Coronado), Joaquín Sabina , conocido también como “ El flaco de Ubeda ”, contó que desde hace ya dos años, la cholita de sus sueños se fue a vivir con él a Madrid. En la presentación de esta canción, Sabina también aprovechó para mostrar su apoyo incondicional a su amigo el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique , a quien se le acusa de plagio: “Bryce no solo se merece el premio que le acaban de dar, sino todos los premios del mundo”, dijo. El momento nostálgico llegó con la interpretación de “ El boulevard de los sueños rotos ”: Joaquín Sabina rindió un homenaje póstumo a su gran amiga, la cantautora costarricense Isabel Vargas Lizano, conocida artísticamente como “ Chavela Vargas ”. Mientras Sabina le cantaba a Chavela, fotos de ambos eran proyectadas en las pantallas gigantes como registro de su fuerte amistad. El toque divertido, presente a lo largo de las dos horas del concierto, llegó a su punto más alto cuando Serrat y Sabina recordaron el inicio de la amistad entre ambos que ya lleva cuarenta años. “El flaco de Ubeda” contó al público que hace cuatro décadas él era un desconocido que cantaba en lugares de cuarta, mientras que Joan Manuel Serrat era la estrella que se presentaba en los mejores escenarios del mundo: “Serrat era un dios, un Mario Vargas Llosa , comparable a Natalia Málaga , mientras que yo estaba entre la Tigresa del Oriente, Melcochita o el esposo de Susy Díaz ”. Los cantautores emocionaron al público limeño de principio a fin. Esperemos que no tengan que pasar otros cinco años para volver a disfrutar de tremenda compañía. (María Elena Hidalgo)