Santa Rosa de Lima es la patrona de América y de las Filipinas. Cada 30 de agosto, la población peruana, sobre todo quienes practican la religión católica, y en ciertos países del extranjero, conmemoran a Isabel Flores de Oliva, mejor conocida como Santa Rosa de Lima. Su noble corazón, su solidaridad y obras en apoyo a los más necesitados trascendieron hasta ser canonizada.
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Ella también es denominada como la ‘Patrona de Lima, del Nuevo Mundo y las Filipinas’. Repasa aquí las mejores frases, dichos, mensajes y plegarias para celebrar este 30 de agosto el Día de Santa Rosa de Lima.
Los peruanos se alistan para elevar plegarias a Santa Rosa de Lima. Foto: John Reyes / La República
Santa Rosa de Lima murió, tal y como lo había profetizado, un 24 de agosto de 1671 por la mañana. El mismo día de la fiesta de San Bartolomé. Los últimos tres meses de su vida la pasó enferma de tuberculosis, lo cual la llevó a una situación
Se quedó en este tiempo en la casa de Gonzalo de la Maza, un contador notable del gobierno virreinal, y de su esposa María de Uzategui. Por ello, en ese lugar se levantó el Monasterio de Santa Rosa de Lima.
Actualmente, sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima, con notable devoción de los pobladores y también llegan a visitarla de distintas partes de América. Del mismo modo, existe una Capilla dedicada a su culto en el Crucero del Templo dominicano.
Quizás una de las tradiciones más clásicas del 30 de agosto es escribir y dejar caer en lo profundo del pozo las cartas. Sin embargo, muy poco se habla sobre el porqué de esta costumbre. Para ello debemos remontarnos a la época de los años 1600, cuando esta santa cumplía rigurosas penitencias como acto de sacrificio por los pecados de las personas. Una de ellas consistía en colocarse a la altura de la cintura un silicio, el cual aseguró con un candado y tiró la llave al pozo para así no poder sacárselo.
Es así que luego de varios días de tener el cinturón de púas hincando su piel, sus allegados le pidieron que lo quite, pero ella se negó y se fue hacia el pozo a llorar. Es ahí que, tras sus súplicas, Dios se le habría acercado y milagrosamente la cadena se abrió. Por ello, los años siguientes de su fallecimiento, sus seguidores comenzaron a escribir cartas expresando sus deseos y necesidades espirituales y materiales, colocándolas dentro del pozo.