Hoy en día, cualquier hogar que requiere de una conexión a internet lo hace mediante el router wifi. Son múltiples los dispositivos que se vinculan al aparato, pero con el tiempo es necesario reemplazarlo por un modelo más moderno que sea más estable y brinde mejores condiciones para la red. Sin embargo, dichos equipos suelen ser desechados sin que se tomen las medidas de seguridad correspondientes o sin pasar por un formateo de datos. ¿Qué puede suceder si no lo haces? En esta nota, te contamos las posibles consecuencias.
Tal y como informan desde Eset, los router wifi inalámbricos que se desechan almacenan gran cantidad de datos personales de quienes los usaron. Dicha información podría caer en manos de terceros malintencionados, quienes podrían vender el contenido si no se ha borrado de forma adecuada.
Es altamente probable que la información sensible sea recogida por quien encuentre el router y lo utilice a su antojo a tal grado que suponga pérdidas económicas para su dueño original.
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Al respecto, es importante precisar que el dispositivo brinda datos que permiten conexiones de terceros a la red y métodos de acceso para aplicaciones específicas con sus claves de autenticación correspondientes.
Además, los equipos reemplazados contienen credenciales IPsec o VPN con datos que sirven para identificar con suma facilidad al antiguo propietario, aunque se trate de una empresa.
Si decides cambiar tu router wifi y vas a botarlo, procura eliminar cualquier información remanente con un formateo o bloquear los puertos presentes en la parte trasera para que tus datos personales no corran peligro.
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Según detalla Movilzona, un portal especializado en tecnología, los puertos USB que algunos aviones poseen en sus asientos pueden serte de mucha utilidad en emergencias, como que la batería de tu celular esté por llegar a 0%. Sin embargo, no es recomendable utilizarlos, ya que algunos podrían estar dañados, debido a la cantidad de gente que los utiliza.
De acuerdo a la publicación, usar un puerto USB dañado para cargar tu smartphone puede suponer un riesgo para su batería. Por ese motivo, lo ideal es que, en caso de que vayas a realizar un viaje muy largo, lleves siempre en tu maleta de mano un powerbank (batería externa) que permita llenar de energía tu dispositivo, no una sino un par de veces.
Para acelerar el proceso y que no debas esperar tanto tiempo sin tu preciado celular, los expertos recomiendan que apagues tu dispositivo mientras lo pones a cargar, aunque también puedes activar su modo avión. De esta manera, ya no tendrás que pasar varias horas esperando que la batería del celular llegue al 100%.
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Según información del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), cada minuto se roban entre tres y cuatro celulares en el país. “La cifra de robos viene en ascenso, por lo que es importante brindar educación sobre la protección y buen uso de datos”, explica Gustavo Goicochea, gerente de Innovación Estratégica de Caja Piura.
Inmediatamente después del robo o de confirmar el extravío de tu celular, bloquea el teléfono para que nadie más pueda acceder a él. En la mayoría de los teléfonos inteligentes, puedes hacerlo de forma remota a través de la cuenta de tu proveedor de servicio o mediante una aplicación de localización de celular.
Reporta la pérdida del teléfono a tu proveedor de servicio y a la policía local. Si tu celular tiene funciones de su localización, como "Buscar mi iPhone" o "Encontrar mi dispositivo", activa esas funciones para ayudar a rastrear su ubicación.
Si tienes contraseñas guardadas en tu teléfono, cambia todas las contraseñas inmediatamente. Cambia las contraseñas de las cuentas bancarias, las redes sociales, el correo electrónico y cualquier otro servicio en línea al que hayas accedido desde tu teléfono.
Si tienes aplicaciones bancarias en tu teléfono, notifica a tu banco de inmediato sobre la pérdida del teléfono. Pídeles que suspendan temporalmente el acceso a tus cuentas hasta que puedas recuperar el control.
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De acuerdo a la publicación, la versión más popular de Android es la décimo primera, la cual fue lanzada en setiembre de 2022. Actualmente, Android 11 cuenta con el 23,5% de usuarios, una cifra sumamente alta que supera ampliamente a su sucesor (Android 12 y Android 12L), que a duras penas solo ha logrado alcanzar el 16,5%.
Un dato curioso es el crecimiento que ha tenido Android 13. En enero de 2023, este sistema operativo solo estaba disponible en el 5% de los dispositivos; sin embargo, ha logrado crecer en los últimos meses hasta llegar al 12,1%. Esto se debería a lanzamientos de celulares importantes, como el Galaxy S23 de Samsung y el Xiaomi 13.
Lo que resulta alarmante es que todavía haya muchas personas que utilizan dispositivos con sistemas operativos muy antiguos (Android 9, Android 8 y Androide 7), que ya no tienen actualizaciones de seguridad. Estos equipos pueden ser más fáciles de vulnerar por los cibercriminales, ya que no cuentan con los últimos parches.
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Aunque en la actualidad la mayoría de las marcas no incluyen el cargador en la caja del equipo, procura adquirir uno de la propia firma o, de ser posible, alguno que cuente con garantías. Además, sigue el mismo consejo para el cable, porque, caso contrario, es probable que la potencia y velocidad de carga que llegue a tu smartphone no sea la ideal y termine por estropear la batería.
Procura optar en la mayoría de los casos por conectar el cargador hacia el enchufe y no al puerto USB de un dispositivo. Es altamente probable que en el segundo no se suministre una potencia energética suficiente y que, aunque tus accesorios sean originales, la batería no reciba la carga adecuada.
Los cables deteriorados se comportan de forma defectuosa y transfieren menos energía. Es probable que se sobrecaliente el equipo e incluso pueden ocasionar un cortocircuito.
El uso constante del equipo consume energía, por lo que, si está enchufado, se va a ocasionar un desbalance en la batería. De ese modo, es casi inevitable que el componente se resienta y, en poco tiempo, termine por quedar obsoleto. En todo caso, es buena idea tener el celular apagado o desactivar sus funciones y cerrar apps.
La parte inferior de tu smartphone alberga varios componentes importantes que contribuyen al correcto funcionamiento del dispositivo, como el puerto jack de 3.5 mm para audífonos de cable y el puerto USB tipo C, pero también se encuentra uno de los agujeros que muchos confunden con la bandeja SIM.
En la parte superior de tu móvil también encontrarás otro pequeño orificio que cumple una función importante. Según el portal tecnológico Xataka, se debe tener mucho cuidado con los agujeros, por lo que no se debe insertar ningún tipo de alfiler en ellos.
Otras diferencias entre las baterías antiguas y modernas eran sus componentes. Mientras que las actuales están hechas de iones de litio, que son mucho más eficientes, las antiguas estaban fabricadas con níquel y cadmio. Como habrás notado, las baterías son ampliamente superiores; sin embargo, ¿por qué duran menos que las de antes?
Hay varias respuestas a esta pregunta. La primera es el uso del teléfono. Hace varias décadas, antes de que existan los Android y iPhone, las personas solo usaban su celular para enviar mensajes de texto, hacer llamadas de corta duración (ya que eran muy costosas), programar un despertador, jugar Snake (viborita), entre otras tareas básicas.
Todo lo contrario ocurre en los smartphones, que ya no solo son empleados para llamar o enviar mensajes, sino también para revisar tus redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter), reproducir videos online (YouTube, TikTok, Netflix), jugar videojuegos más elaborados, navegar por internet, entre otras acciones que antes eran propias de una computadora.
También debes tener en cuenta los componentes. En los celulares básicos, estos requerían menos uso de energía, mientras que en los teléfonos actuales el consumo es mayor. La pantalla de los smartphones, por ejemplo, consume una gran cantidad de batería debido al brillo, colores, etc. Eso no pasaba antes, porque la pantalla era pequeña y en blanco y negro.