Presentado el 30 de enero de 2007, Windows Vista había sido desarrollado para destronar a Windows XP como el sistema operativo preferido de los usuarios; sin embargo, eso nunca ocurrió. Tan mala recepción tuvo este software creado por Microsoft que la compañía de Bill Gates se vio obligada a lanzar a su sucesor (Windows 7) a finales del 2009, es decir, luego de solo dos años. ¿Por qué le fue tan mal? Aquí te lo diremos.
Existen varias razones que explican el fracaso de Windows Vista, una de ellas es que su antecesor Windows XP (lanzado en 2001) estaba bien consolidado. Durante seis largos años, este sistema operativo (que se caracterizaba por su rapidez y amigable interfaz) cautivó a millones de usuarios, quienes no veían necesario migrar a una nueva versión. Tan popular era que recién fue deshabilitado en 2014.
Otro de los motivos del porqué Windows Vista nunca llegó a despegar fue porque pedía demasiados recursos para la época. Recordemos que, en aquel entonces, las PC de escritorio y laptops contaban con tarjetas gráfica no tan potentes y con solo 512 MB de RAM. Aunque estas características eran más que suficientes para Windows XP, no lo eran para su sucesor.
Aquellos usuarios que se atrevían a migrar a Windows Vista notaron que sus equipos andaban demasiado lentos (a comparación de Windows XP), en los videojuegos también se sentía el cambio, ya que aparecía el molesto 'lag'. Para solucionar este problema, algunas personas tomaban la decisión de repotenciar sus computadoras, aunque había otros que preferían regresar al software anterior.
Según detalla PuroTip, un portal especializado en tecnología, Microsoft no le tomó mucha importancia a los comentarios negativos que los clientes que probaban Windows Vista dejaban en sus blogs y foros. Cuando la compañía estadounidense se dio cuenta del error, ya era demasiado tarde, puesto que eran muchos los cibernautas que le habían agarrado odio a su producto debido a las malas críticas.
Otra característica de Windows Vista que nunca llegó a agradar a los usuarios es la excesiva seguridad del software, al punto de que operaciones sencillas, como borrar un acceso directo o ejecutar un programa que hayas instalado, pedían una confirmación que llegaba a cansar. Afortunadamente, Microsoft redujo un poco esta intensidad cuando presentó Windows 7.
Finalmente, otro sus fallos que muchos periféricos y accesorios (tarjetas de video o de sonido) no eran compatibles con este sistema operativo de Microsoft debido a la falta de drivers. Aunque es considerado un gran fracaso para la compañía, Microsoft recién descontinuó este software (dejó de darle soporte oficial) el 11 de abril de 2017.
La melodía tan recordada a la que hacemos referencia lleva como nombre oficial ‘‘Startup chime’’ y fue, junto a otros sonidos de sistema dentro del OS, compuesta por Bill Brown, un reconocido compositor ganador de un premio Emmy, quien trabajó en conjunto con el ingeniero de sonido Tom Ozanich (nominado, tiempo atrás, a los Oscar por su trabajo en ‘‘A star is born’’ y ‘‘Joker’’) para crear la pieza.
Bill Brown puede no ser un nombre que resuene en tu mente, pero debes saber que se trata de un conocido compositor en la industria de videojuegos y películas en Estados Unidos.
En su experiencia con el soundtrack para videojuegos se encuentran obras como Quake II, Tom Clancy’s Rainbow Six, Return to Castle Wolfenstein y más, mientras que en las películas destaca su trabajo para Rushlights, Duke e Infamous.
Pese a ello, es válido mencionar que la obra más reconocida de Brown es definitivamente su aporte de pequeños sonidos de apenas segundos que fueron incluidos en la versión inicial de Windows XP. Por si no lo recuerdas, pues ya ha pasado mucho tiempo, aquí lo tienes: