Puede que reconozcas el nombre del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), conocido en todo el mundo por sus avances en tecnologías de todo tipo. Pues bien, ahora, dicho centro podría estar a punto de iniciar una revolución que podría dar solución a los efectos devastadores de la deforestación, gracias a una reciente técnica que haría que la madera fuera renovable y hasta imprimible en 3D.
Investigadores del mencionado centro han desarrollado una técnica que utiliza materia vegetal y que podría, algún día, llevarnos a desarrollar madera que pueda imprimirse directamente en 3D. Esto es, sin necesidad de talas, cortes y desperdicios.
La deforestación es uno de los problemas ambientales más serios creados por el ser humano. Foto: Ecología Verde
La impresión 3D ya lleva muchos años siendo aplicada a diferentes industrias y soluciones energéticas. El simple hecho de poder imprimir bloques de madera en una sola pieza supondría no solo un ahorro de material, sino también una alternativa eficiente y amistosa con la naturaleza.
Esto también supondría un especial efecto en la deforestación a nivel mundial, si es que una técnica como esta logra adoptarse a gran escala. De cumplirse, los cambios en el impacto humano sobre la vida animal y vegetal, así como las consecuencias en el efecto invernadero, serían cruciales en las próximas décadas y siglos.
El equipo investigador no ha sido ajeno a estas motivaciones, ya que, según comentan, han sido conscientes de que los productos hechos de madera no dejarán de ser demandados ni pasarán de moda, pese a que se desarrollen materiales más baratos, renovables y hasta más duraderos.
Esta nueva técnica se basa en el aislamiento de células provenientes de hojas en unas plantas conocidas como Zinnia elegans. Al ser cultivadas en medios líquidos durante dos días, estas son transferidas a un medio más grueso basado en gel.
La técnica que usa material vegetal con gel para inyectar 'madera en 3D'. Foto: MIT
La aleación contiene nutrientes y dos hormonas vegetales que, en general, podrían imitar las propiedades físicas e incluso las mecánicas de la madera natural. De esta forma, se podría inyectar la misma en una impresora 3D y fabricar objetos con ella, con un desperdicio mínimo de moléculas.
La técnica de impresión no diferirá en absoluto de lo que ya se hace con el plástico, incluso domésticamente. Eso sí, la técnica necesita de tres meses de incubación (para el material), en total oscuridad para asegurar la deshidratación.
En una de las pruebas del equipo del MIT, se realizó una especie de árbol hecho de este material vegetal. Como ya mencionamos líneas arriba, del éxito y la aplicación de esta técnica podría depender una de las soluciones definitivas de la humanidad para la deforestación. El principal reto, por ahora, es encontrar una alternativa a la Zinnia, la cual podría estar en los árboles de pino.
Se trata de un gadget que funciona como contador de hojas de papel higiénico y que tiene como objetivo controlar el uso de este producto de limpieza que muchos suelen gastar en exceso.
De acuerdo a la publicación, la persona que se anima a utilizar este aparato en su hogar no solo podrá apreciar las estadísticas de uso en la pequeña pantalla LCD, sino que también obtendrá gráficas más elaboradas gracias a una herramienta gratuita llamada ThingSpeak, la cual puede ser revisada desde PC o celular.
Aunque es un invento bastante curioso, Gizmodo indica que no sería tan preciso, ya que las rotaciones de un rollo de papel higiénico varían de acuerdo que tan nuevo esté el producto. Por ejemplo, un producto nuevo puede brindar hasta cuatro hojas por una rotación; sin embargo, cuando ya hay menos cantidad, esa cifra se reduce.