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Sociedad

Las líneas de Nasca cumple 30 años de ser declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco: ¿por qué siguen sorprendiendo al mundo?

Este legado cultural, que atrae a viajeros y científicos de todo el mundo, sigue despertando interrogantes sobre su origen y significado.

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Este reconocimiento de la Unesco hace tres décadas ha sido fundamental para garantizar su preservación y destacar su importancia en la historia de la humanidad. Foto: composición LR/Picchu Travel/Wikipedia

Hoy se conmemoran tres décadas desde que las Líneas y geoglifos de Nasca y Palpa fueron reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde aquel momento hasta la fecha, estas figuras han enfrentado desafíos significativos debido a la expansión agrícola, el turismo y fenómenos naturales.

Las Líneas de Nasca, con más de 2.000 años de historia, son un enigma que ha fascinado a generaciones. Su declaración como Patrimonio Mundial en 1994 subraya su importancia cultural y artística, y destaca su singularidad en el contexto de la civilización andina. Este artículo explora su historia, características y el impacto que han tenido en la arqueología y el turismo.

El reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad en 1994 ha sido fundamental para posicionar a las Líneas y geoglifos de Nasca y Palpa como un atractivo turístico global. Foto: Rap Travel Perú

¿Por qué la Unesco lo declaró como Patrimonio de la Humanidad?

Las Líneas y geoglifos de Nasca fueron declarados Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en la 18° Sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco. Este reconocimiento se basa en su excepcionalidad artística y en su testimonio de las creencias y tradiciones de las sociedades precolombinas de América del Sur. La Unesco destacó que estas figuras son un logro magnífico de la cultura andina, sin rival en su extensión y diversidad.

¿A cuántos kilómetros de Lima se encuentra ubicado las Líneas de Nasca?

Situadas a 450 kilómetros al sur de Lima, las Líneas de Nasca se extienden sobre las pampas de Nasca, Jumaná, Ingenio, Palpa y Socos, abarcando una superficie de 75.358 hectáreas. Este entorno desértico, caracterizado por su tonalidad negruzca y parda, ofrece condiciones óptimas para la conservación de los geoglifos. La temperatura media anual es de 25 grados Celsius y la escasez de lluvias contribuye a la preservación de estas impresionantes figuras.

La civilización Nasca y su legado

La creación de estos geoglifos se atribuye a la civilización Nasca, que prosperó entre los siglos I y VII d.C. Esta cultura preincaica destacó por sus avanzados conocimientos en ingeniería hidráulica, lo que les permitió desarrollar una agricultura próspera en un entorno árido. Además, su notable habilidad en la cerámica se refleja en los miles de objetos decorados que han sido hallados en la región.

¿Quiénes han sido los principales descubridores?

Las primeras menciones escritas sobre las Líneas de Nasca datan de 1547, gracias al cronista español Pedro Cieza de León. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas comenzaron en 1932, bajo el liderazgo de Julio C. Tello y su discípulo Toribio Mejía Xesspe. A lo largo de los años, diversos investigadores, como María Reiche, han dedicado sus vidas al estudio y conservación de estos geoglifos, lo que ha contribuido a su reconocimiento internacional.

¿Qué características tienen los geoglifos?

Se han identificado alrededor de 800 figuras en las pampas de Nasca, que varían en tamaño y forma. Estas incluyen representaciones de animales, plantas y figuras geométricas, así como líneas rectas que cruzan el desierto. Entre las figuras más emblemáticas se encuentran el colibrí, el mono y el cóndor. La diversidad de estas representaciones ha llevado a múltiples interpretaciones sobre su significado y propósito.

¿Cuál es su significado y qué teorías surgen sobre las Líneas de Nasca?

María Reiche, la principal estudiosa de las Líneas de Nasca, sugirió que estos geoglifos funcionaban como un gigantesco calendario solar y lunar. Otras teorías apuntan a su uso en rituales o como un sistema de gestión de agua, un recurso vital en la región. La investigación continúa, y nuevos estudios surgen, aportando diferentes perspectivas sobre su significado.

Protección y conservación

La gestión actual de las Líneas de Nasca está a cargo del Ministerio de Cultura del Perú, que ha implementado un Plan de Gestión para su protección. Este plan establece estrategias y acciones para la investigación, conservación y promoción de este patrimonio cultural. Desde 2015, se han llevado a cabo proyectos de investigación y conservación, con el apoyo de instituciones nacionales e internacionales.

Las líneas y geoglifos de Nasca y Palpa no solo son un testimonio de la rica historia cultural del Perú, sino que también representan un atractivo turístico que sigue fascinando a millones de visitantes. Su legado perdura, y su estudio continúa revelando los misterios de una de las civilizaciones más enigmáticas de la historia.