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Sociedad

Asesinan a cuatro miembros de una familia por oponerse a robo en Junín


Delincuentes armados los sorprendieron mientras cenaban. Víctimas eran productores de café. Dos hermanos escaparon hacia el monte y se salvaron de morir.


Crimen ocurrió en Pihanaki. Foto: PNP

La sombra de luto y el debate sobre la inseguridad se cierne sobre el distrito de Pichanaki, región Junín, donde cuatro miembros de una familia, productores de café, fueron asesinados a balazos. Todos cenaban cuando fueron sorprendidos por sujetos armados que ingresaron al fundo para robar el dinero que, supuestamente, guardaban los dueños del predio.

Dos hijos del propietario sobrevivieron de milagro a esta masacre ocurrida en una vivienda del sector de Alto Kokari-Rio Venado.

Cirila Iñigo Rivas (61) y su esposo Zócimo Matos Carhuamaca (63) estaban en la mesa junto a su hijo Zócimo Matute Matos Iñigo (28). Frente a ellos se encontraba Feliciano Cahuana Castro (60) ayudante y compadre de Zócimo padre.

De acuerdo a las declaraciones de Wilber Matos Iñigo, uno de los sobrevivientes, su familia había empezado a cenar cuando irrumpieron cinco sujetos armados, uno de ellos peruano y cuatro con acento extranjero, al parecer venezolanos.

Bajo amenazas y apuntándolos con sus armas de fuego, los criminales les exigieron dinero y su producción de café. Hace dos semanas, uno de ellos se hizo pasar como trabajador en busca de empleo en el campo y se ganó la confianza de la familia. Trabajó unos días, muy amable y luego ‘desapareció’. Nadie imaginó que este mismo individuo —peruano— volvería con sus cómplices.

“Mi hermano gritó ´choros’ (ladrones) y le dispararon. Mis padres trataron de defenderlo, pero también los atacaron”, contó Wilber. Él y otro hermano lograron escapar y se ocultaron en el monte. La familia, que se dedicaba a la producción de café, guardaba dinero en la casa para la próxima cosecha.

Madre e hijo fueron trasladados aún con vida hasta el hospital de Pichanaki (Junín) pero los médicos solo se limitaron a certificar el deceso de ambos.

Para las autoridades, la masacre fue perpetrada en venganza porque la familia se negó a entregar el dinero que tenían. Los criminales se dieron a la fuga a bordo de una camioneta que dejaron estacionada en una tranquera que estaba asegurada con cadena y candados.