Tiene 15 años, llegó hace seis meses al Perú y prefiere no decir de qué parte de Venezuela es, pues su familia, sus amigos y sus vecinos no saben en qué está ‘trabajando’. Hace poco, su vida ‘feliz’ la narraba a diario en TikTok, la red social con una presencia cada vez más joven. En una de sus publicaciones se quejaba de lo caro que era vivir en su pueblo y cuánto le gustaría trasladarse a otro país.
La adolescente hacía videos directos para conseguir ‘regalos’ y ganar algo de dinero extra. Hasta que un hombre en concreto no paraba de tener interacción con ella. “Él planeó lo mejor posible en cómo traerme al Perú. Después de llegar a la casa de acogida, me encerró en una habitación. Nunca supe que podría ser utilizada para que me vendiera a sus amigos”.
Ella y más de 40 menores, cuyas edades fluctúan entre los 12 y 17 años, eran ‘ofertadas’ a través de catálogos por Whatsapp y redes sociales a empresarios y extranjeros que buscaban servicios sexuales en Lima.
Todas fueron rescatadas la madrugada de ayer durante una operación en la que, además, fueron detenidos 10 integrantes (dos venezolanos y ocho peruanos) de la red criminal ‘Los Hijos de Dios’, una de las principales células del ‘Tren de Aragua’.
Entre ellos figuran José Luis Yunior Yaulli Chanamé (30), Shirley Stefani Palomino Neyra (36), Junior Reyes Bermejo (40), Julio Raúl Molina Achulle (63), Deivid Hernán Alferes Toribio (26), Giovanni Nelsón López Quintana, así como Fernando Dionicio Vásquez (40), Keiber José Mendoza Adarfio (23), Moisés Aldave Barzola y Kathy Liliana Cóndor Torres (48), quien es gerente general de las cuatro discotecas allanadas, entre ellas, la D’Buhos, conocida como la ‘casa venezolana’, de la av. Perú.
“Esta es una organización criminal perversa. Las captaban (a las menores) en estado de abandono económico y moral y las explotaban sexualmente. Las fotos de las víctimas eran ofrecidas a clientes a través de un catálogo, vía Whatsapp”, explicó el comandante general de la PNP, Jorge Ángulo.
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Agregó: “Una vez contactado con el cliente, las menores eran trasladadas desde las discotecas-bar hacia los lugares de explotación, los clientes extranjeros o empresarios pagaban a los integrantes de la red”. También indicó que los mafiosos utilizaban teléfonos con identidades suplantadas de ciudadanos peruanos que viven en lugares lejanos de provincia.
El teniente Miguel Aliaga, de la comisaría de Barboncito, explicó que fueron 10 viviendas y cuatro discotecas allanadas en San Martín de Porres, Callao y San Miguel por orden de la jueza Elma Fernández Vergaray.
“Se ha rescatado, incluso, a menores de 12 años que eran sometidas a abuso real e intencionado y que sufrían violencia física y emocional”, dijo el oficial.
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Señaló que ellas estaban sufriendo una pérdida de su etapa de adolescente y esto constituye una grave violación de los derechos de infancia. “Sobre estas niñas pesa un denominador común: pobreza y situación de vulnerabilidad”, manifestó.
Para el exviceministro y director ejecutivo de CHS Alternativo Ricardo Valdés, la trata de personas en el Perú puede llegar a mover 1.300 millones de dólares al año. De esta manera, esta actividad delictiva se posiciona como la segunda que más dinero hacer circular dentro del territorio nacional.
Detalló que 700 millones corresponden a explotación laboral y 600 millones de dólares a explotación sexual.
“La trata de personas es un delito muy complejo en donde simplemente por el hecho de captar a una persona con fines de explotación ya se está incurriendo en el delito”, manifestó Valdés.