El distrito de Aguas Verdes se ha convertido en un punto neurálgico para miles de migrantes que buscan una vida mejor. Sin embargo, esta afluencia masiva ha traído consigo no solo la esperanza de un futuro promisorio, sino también la sombra de la delincuencia. Algunos individuos, lejos de encontrar en la migración una oportunidad de superación, optan por actividades ilícitas, sembrando el temor en una tierra que no es la suya.
Autoridades locales han advertido la presencia de diversas mafias y agrupaciones delictivas que se encargan de dirigir el ingreso del contrabando de millones de soles en mercaderías, que afecta la economía y la seguridad nacional desde hace más de 50 años.
De acuerdo con el registro de la unidad de Seguridad del Estado de Tumbes, al que tuvo acceso diario La República, un promedio de 3.000 ciudadanos extranjeros son intervenidos cada mes, al no contar con su documentación de identidad reglamentada. Del reporte, un 73% son ciudadanos provenientes de Venezuela, un 18 % son de la república de Colombia, mientras que un 9 % son de Ecuador. Asimismo, se identificaron migrantes de los países de Haití, Bolivia y Argentina principalmente.
“Recientemente, la División de Investigación Criminal de Tumbes incautó un cargamento de más de 100.000 municiones ilegales, cuando la mercancía era trasladada a la frontera con Ecuador. Las autoridades policiales realizan operativos de control de identidad, pero no siempre hacen una inspección de los materiales que ingresan o salen del Perú”, menciona preocupado el subprefecto de Aguas Verdes, Renzo Valdiviezo Yarlequé.
Tras asumir el cargo, en abril de este año, el subprefecto de Aguas Verdes advierte la precariedad del control que se realiza en la zona de ingreso al territorio peruano, ante el déficit de personal policial que le ha sido asignado a la comisaría del distrito. Comenta que son cientos de personas las que pasan con paquetes en carretillas y demás cargamentos de gran tamaño, para el comercio en el territorio nacional y ecuatoriano.
Trochas. A lo largo de la línea de frontera se evidencian caminos para el ingreso ilegal. Foto: difusión
“Esto es un peligro, no solo por lo que representa, sino para la misma gente que está aquí. Todos los días se ve el traslado de gas o petróleo en motos lineales y hasta en bicicletas de 4 o 5 galones, que fácilmente pueden ocasionar una explosión, pero nadie dice nada. Esto sucede en hora punta, cuando la Panamericana está llena de vehículos y todo es un caos”, expresa.
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Desde la región de Piura, el presidente de la Cámara de Comercio y Producción, Javier Bereche Álvarez, menciona que el problema de la frontera lleva más de 50 años permitiendo el ingreso de la criminalidad, el contrabando para el comercio informal y toda la logística necesaria para la permanencia de las grandes organizaciones delictivas. Destaca que la falta de un control migratorio completo ha configurado el posicionamiento de las organizaciones criminales en parte del país.
“Esta coladera de personas indocumentadas permite el descontrol de armamento ilegal, por las fronteras de Piura y Tumbes; también sale, pero también ingresa. Mientras exista armamento, habrá bandas organizadas, con logística de armas y más”, sostiene Bereche.
Con respecto al contrabando, menciona que perjudica seriamente al empresario formal, que paga impuestos y trata de ser competitivo en el mercado. Cuestionó que a pesar de la presencia de leyes, que prohíben el ingreso ilegal y el tráfico de mercaderías en todas sus formas, muchas no se ejecutan, y eso se encuentra normalizado en algunos puntos del país.
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Para el especialista del Instituto de Defensa Legal de Lima (IPL), Aldo Pecho Gonzales, si bien la zona de Aguas Verdes es una coladera de personas indocumentadas, muchas veces este problema también se genera por el aumento de trabas burocráticas impuestas al ciudadano extranjero, lo cual impide tener un control más preciso sobre quienes ingresan a nuestro país.
Precisó que la mayoría de actos delictivos protagonizados por inmigrantes corresponden a personas que ya contaban con antecedentes en su país; no obstante, indicó que la proporción de ciudadanos extranjeros envueltos en la delincuencia es mínima, debido a su nivel de población en el Perú.
“La zona de Aguas Verdes es una coladera, se puede ingresar por la zona de trocha, hay traficantes que ayudan con el pase. Pero hay que tener en cuenta que el delincuente no tiene una bandera específica, la proporción de delitos es menor a su nivel de población. La delincuencia no tiene nacionalidad. Este estigma también se produce en otros países con los peruanos”, señaló.
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Invasiones. Cerca al pase de frontera bordean viviendas construidas ilegalmente. Foto: difusión
Las autoridades locales de Aguas Verdes, en Tumbes, solicitan al Ministerio del Interior ejecutar un plan de seguridad y control en la zona de frontera con Ecuador, con presupuesto que permita tener los recursos necesarios como patrullas y más agentes en puntos claves, y así empezar a reducir la criminalidad que azota al distrito, al significar un punto de tráfico de miles de migrantes que buscan una mejor vida, y algunos otros que encuentran la forma de delinquir y causar temor, lejos de su tierra natal.
Diariamente, cientos de personas cruzan la frontera con mercaderías sin reportar. Agentes PNP no se dan abasto con el control por falta de personal.
Migrantes. Más del 70 por ciento de ciudadanos que ingresan al Perú cada mes son provenientes de Venezuela, un 18% son de la república de Colombia, mientras que un 9% son de Ecuador.
Control. La Policía identificó el ingreso a nuestro país de migrantes de los países de Haití, Bolivia y Argentina principalmente.
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Javier Bereche, presidente de la Cámara de Comercio
Tengo 48 años y, desde que nací, el problema del contrabando en la frontera existe, es un problema de toda la vida. Se necesita dinero para hacer un control policial, una investigación total con equipos y todo lo demás, cosas que no tiene la policía. Solo hay que darnos cuenta de los equipos que tiene la zona urbana, y que mucho menos va a tener una zona alejada del país para controlar las mafias que existen ahí.
El Perú ya tiene las leyes para hacer frente a este problema, lo que pasa es no cumple la ley, es una coladera de trata de personas, delincuentes de armas; la frontera se ha vuelto un tema serio, lo que se tiene que hacer es cumplir la ley. Necesitamos unidades espaciales en la zona de frontera, no podemos seguir con equipos deficientes y con una policía débil.
Sabemos cómo está la delincuencia en nuestro vecino país Ecuador, y no queremos estar a ese nivel. Necesitamos que las autoridades correspondientes pongan los ojos en Aguas Verdes, que vean la frontera como un punto crítico para la seguridad local y nacional.