La civilización más antigua de América nos sigue sorprendiendo. Tras más de cinco años de trabajos y excavaciones en el a. h. El Molino, ubicado en la margen derecha del río Supe, se hallaron cuatro maquetas o representaciones de lo que vendría a ser un asentamiento.
Es decir: antes de construir sus centros urbanos, esta sociedad tenía especialistas que diseñaban prototipos a escala de estas infraestructuras que aplicaban luego en construcciones mayores en Caral.
Los modelos descubiertos tendrían alrededor de 5.000 años de antigüedad y solo uno de ellos se encontró conservado “casi a la perfección”, por lo que se convierte en una de las representaciones arquitectónicas más antiguas halladas hasta la fecha.
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Cabe indicar que ya se ha descubierto este tipo de maquetas en culturas posteriores como Moche o Chimú; sin embargo, en esos casos solo se realizaban estructuras de un salón, cuarto o edificio, mientras que en Caral “se representaba un asentamiento completo”, señala el arqueólogo Marco Machacuay.
“En Caral, desde los 3.000 años antes de Cristo, nuestra gente se organizaba y la arquitectura era el medio de comunicación y organización de estas poblaciones”, anota Machacuay a La República.
Con este gran hallazgo arqueológico, finalmente se puede corroborar que esta civilización sí poseía una importante planificación urbana. “No solo se trata de barro y piedras unidas. Se trata de una planificación, de tener una idea, materializarla a escala y luego representarla posiblemente en algún lugar”, recalca el especialista.
Los prototipos a escala son una representación muy similar a los asentamientos ya existentes en Caral, como lo son los edificios piramidales acompañados de una plaza circular, una escalera principal y plataforma superpuestas, agrega.