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Sociedad

Hacen bien en no creer en el pedido de perdón de la presidenta Dina Boluarte

Entrevista: José Carlos Agüero. Historiador y escritor.



Historiador José Carlos Agüero no cree en el discurso de la presidenta Boluarte. Foto: La República

Para el historiador y escritor, José Carlos Aguero, el pedido de perdón de la presidenta Dina Boluarte en su mensaje de 28 de julio, no fue real. Durante su visita a Arequipa, donde participó en el Festival del Libro, Aguero, habló sobre su libro Sombriti, donde se analiza el lenguaje y sobre la realidad nacional.

¿En qué consiste Sombriti?

Es un ensayo poético-político, donde tengo como interlocutor a mi hija que tiene cuatro años y la veo crecer y adquirir el lenguaje, y es una advertencia.

¿Al público?

 Una advertencia a través de mi hija al mundo, a los ciudadanos y ciudadanas para que sepan que el lenguaje, lo que nos hace, no siempre es creativo. Nos organiza de una manera violenta, entonces, en vez de fingir que solamente tenemos para entregar a nuestros hijos buenos consejos y cosas idílicas, como los clásicos libros de padres a hijos; acá quiero decirle que su primera palabra es preludio de su última palabra.

¿Recomienda a los padres no adoptar las enseñanzas tradicionales?

 Que constaten bien lo que están viviendo, que no nos conviene vivir en la idealización, en la romantización de las cosas. El lenguaje es algo importante para la cultura, aprender a hablar es importante porque capturas el mundo, pero al mismo tiempo sabemos que el lenguaje nos va a organizar, a disciplinar, a convertir en lo que somos y, a veces, lo que somos es algo desagradable. El lenguaje es en gran parte bárbaro y no podemos evitar que lo sea.

¿Prepararlos para lo que viene?

 Sí, y que tengan los pies sobre la tierra. No es un libro tradicional, no es común, pero es honesto, es lo que le puedo transmitir a mi hija sin fingir que el mundo está lleno de posibilidades de que muera violentamente.

Quizás para algunos sea muy directo, hay gente que prefiere…

 Prefiero eso a que no sepa que puede quedar atrapada en situaciones de mucho riesgo, que puede ser oprimida por ejercer su libertad.

¿Qué les espera a las próximas generaciones, teniendo en cuenta la actual situación política, social del país?

 Creo que les espera buenos tiempos en algunos aspectos. En algunos otros más globales, malos tiempos. Creo que el mundo está entrando en una época difícil de escasez de recursos en todo nivel, de estrés hídrico, de cambio climático, de violencia desatada y de pérdida del sentido de la democracia (...) En el Perú, luego del estallido social del verano y de las muestras que se han seguido dando ahora, hay algunas buenas noticias. No hay tanta resignación como en años anteriores y, aunque sin duda, lo principal que sentimos es dolor y luto por tantas vidas perdidas; al mismo tiempo vale la pena rescatar que la gente vuelva a hacer política.

En el último mensaje, Dina Boluarte ha pedido perdón en nombre del Estado a los deudos de las víctimas. En la región Puno ¿no creen en ese pedido?

Hacen bien en no creer en ese pedido de perdón de la señora porque es una mentirosa serial, es una mujer cínica. Conozco el tema del perdón, porque soy un especialista en ese tipo de asuntos por mi carrera y por las cosas que he escrito.  Aunque no podría hablarse de un modelo de perdón, hay unos requisitos elementales para que una aproximación de remordimiento pueda ser creíble. Primero que debe asumir las responsabilidades concretas y no abstractas, luego que debe haber un espíritu de enmienda... A mí me parece que ese perdón no es un perdón, es un discurso cínico.

¿Y cómo es posible que llame a una reconciliación nacional, incluso pide que se esta blezca un acuerdo nacional?

 Porque no le importan las palabras. Y eso tiene que ver con mi libro, las palabras son importantes si las llenamos de contenido, si detrás de ellas hay tradición de vínculo con la verdad, con la moral, con la cultura de algún pueblo. Les importa algo y no son solamente esquemas vacíos, como fósiles de palabras que alguna vez fueron (...) entonces la presidenta puede decir reconciliación, gobierno democrático, suele decir cosas como “Ven hermanita que te voy a abrazar” y luego vemos que tras esas palabras o simultáneamente a decir eso, las mujeres campesinas que protestan son sometidas a agravios. Esas palabras en el fondo no significan nada, son solo cascarón vacío.

En el discurso también ha anunciado una inversión millonaria para Puno ¿cree que quiere comprar ese perdón?

Esta presidenta y sus aliados han demostrado que desprecian profundamente a las personas como tú, como yo, como quien está tomando la foto ahora, como los que estamos acá. Nos desprecian, nos tratan o intentan tratarnos como si fuéramos infantes, tutelables. Si protestamos nos dicen que somos bárbaros, si votamos nos dicen que somos tontos, que no sabemos votar y si morimos- porque muere la gente como producto de la represión- o nos hemos automatado o la gente se ha autolesionado o somos tan escasos que puede hacernos cambiar nuestro duelo por una limosna. Nos tienen muy mala valoración. Este grupo de poder piensa que con el dinero asignado a los deudos o con este tipo de discurso que hizo en el 28 de julio, nos demuestra el poco valor en que nos tiene.

¿Cómo ve esta alianza de poderes en el Congreso: el cerronismo junto al fujimorismo? ¿cuánto más se va a capturar el poder para hacerlo jugar a sus intereses?

 Todo lo que pueda, porque en algún momento ellos decidieron pasar una línea que es la que divide los gobiernos autoritarios de los democráticos. Cuando la pasas y ellos la pasaron hace tiempo cuando ejecutaron a tantas personas y cometieron masacres, ya no hay vuelta atrás, tienes que ir para adelante. Poniéndome en el infame lugar de pensar por ellos, solo les queda ir para adelante porque ir para atrás significa someterse a las instituciones, a las reglas de la democracia, a las instituciones judiciales (...) los sostiene solamente la fuerza bruta.

¿Ve alguna posibilidad de que la protesta social crezca y logre lo que no se pudo antes?

Sí, no creo que las cosas sean unívocas, que no todo se resuelve con un estallido social ni las cosas tienen que ser como en el siglo XX, que tiene que haber una revolución. Nadie sabe exactamente bien que hacer, pero lo que sí veo es una constante resistencia e indignación en todos lados del país y eso me parece la gran noticia porque lo triste sería que hubiera resignación.