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Sociedad

Oyotún: la impotencia de un pueblo pronto a cumplir 100 años que vive en el olvido

Puentes caídos, cosechas perdidas, caseríos aislados, mercados desabastecidos. La República recorrió las zonas más golpeadas por ciclón Yaku en este distrito ubicado al sur de Chiclayo y cuyo alcalde se quebró ante ministros al pedir ayuda.

Situación ha generado un panorama insostenible en esta jurisdicción. Foto: La República

Faltaban 45 días para la cosecha de arroz. Los hombres y mujeres del campo en Oyotún, Chiclayo (región Lambayeque), esperaban con entusiasmo al ser su principal fuente de ingreso. Hoy sus tierras lucen arrasadas por el desborde del río Zaña causado por las lluvias que trajo el ciclón Yaku. Moisés Llempén y Maritza Cueva regresaron con nosotros a sus parcelas después de este temporal. Al llegar noto sus ojos húmedos y voz entrecortada.

Aquí teníamos cuatro hectáreas de cultivos valorizados en 30.000 soles y ya no queda nada. Tenemos que empezar de nuevo, aunque no sabemos cómo lo haremos”. Según la comuna local, hay 440 damnificados, 3.200 afectados y 30 casas destruidas.

Ocho caseríos aislados

También acudimos a lo que fue el puente artesanal Sorronto. En abril del 2022, cerca de 90 pobladores se unieron para reconstruirlo una vez más. Ellos utilizaron sus propios recursos. Hace 15 días, esta infraestructura colapsó y dejó aisladas a decenas de familias de ocho caseríos. A través de una llamada telefónica, Romelia Paz, desesperada, solicitó ayuda.

“Nos estamos quedando sin alimentos y tenemos que consumir agua contaminada del río”, exclama. Cruzar en cámaras de llantas es arriesgar la vida. Saben que no deben hacerlo, pero al no ver ayuda están dispuestos a todo.Edilberto Cueva, natural de la localidad El Alumbral, también se lamenta.

"La activación de quebradas han dañado los caminos. No contamos con los servicios básicos. Hay niños, personas con discapacidad y adultos mayores que están sufriendo. Por ser una zona rural hay viviendas muy precarias que se han caído. Nos sentimos olvidados y nos da impotencia porque no hubo trabajos de prevención”, señaló.

Desabastecimiento y precios caros

Los comerciantes tienen problemas para abastecer a la gente debido a la formación de un badén en la carretera principal por el desborde del río Seco. Hubo cinco días que fueron los peores. “Los precios aumentaron porque los productos de primera necesidad se transportaban en tres vehículos (carro, tractor y mototaxi) para que lleguen a nuestro mercado. El camote llegó a costar S/. 3, la zanahoria S/. 10 y el tomate S/. 6.”, puntualizó Walter Cancino.

El drama de la gente

Cuando entramos a la vivienda de Isabel Mendoza (53), ella automáticamente entró en llanto. Contó cómo el agua entró e inundó sus cuartos, cocina, sala, todo. Decenas de sus animales de corral murieron. “Siguen las lluvias, sigue el sufrimiento, quiero que nos apoyen. Tengo miedo que mis paredes se caigan sobre nosotros. Yo veía entrar el agua por todos lados y le decía a mi hija que está gestando que nos vayamos, que no podemos hacer nada. Solo hemos podido recuperar algunas cosas y animales”, explicó.

Similar es la historia de Rosa Flores (77), una adulta mayor con problemas de artrosis. El agua de la quebrada ingresó a su hogar ubicado cerca del parque principal de Oyotún: “Solo invoco a Dios que tenga piedad”.

Moisés Fernández: “Como ser humano me quebré”

Hablamos con el alcalde Moisés Fernández, quien, ante la falta de recursos económicos, conmovió a muchos son su clamor de ayuda ante ministros y otras autoridades en Lambayeque. “Vivimos la desesperación de la gente y como ser humano me quebré. Tengo dos hijos. Soy agricultor desde siempre como mis padres y el compromiso es trabajar por este distrito y sus caseríos. Lucharé día a día hasta donde esté a mi alcance por la población y ojalá que con el apoyo de los ministerios y el Gobierno Regional podamos hacer proyectos de prevención, obras de agua potable, pistas y veredas, electrificación, etc.”, concluyó.

El distrito de Oyotún tiene 97 años y 8.300 habitantes. Está a una hora y 40 minutos del centro de Chiclayo. Hoy es el reflejo de la falta de prevención y de la indiferente lentitud del Estado para atender a la gente cuando más lo necesita.