“El peruano está acostumbrado y, sin saberlo, está consumiendo una cerveza defectuosa”, así de tajante fue José Alberto Castro, único certified cicerone del país; es decir, experto en servicios de cerveza y catador. Un paralelo a lo que sería un sommelier en la industria del vino.
Además, desde hace cuatro años, cuenta con el reconocimiento de juez de cerveza por la Beer Judge Certification Program (BJCP). Y, desde 2014, tiene un blog especializado en esta bebida alcohólica.
“Lo más básico, incluso antes que saber catar, es comprar cerveza”, señaló Castro, quien dio a conocer algunos parámetros a tener en cuenta para el consumidor promedio. Como punto de partida, consideró la fecha de embotellado, así como el almacenamiento.
El tiempo de vida de una cerveza es de seis meses, en promedio, siempre y cuando haya estado refrigerado todo el tiempo. Y de entre tres y cuatro meses si no fuera el caso. Sin embargo, en una tienda convencional o un supermercado, habitualmente, no ocurre ni lo uno ni lo otro.
. Foto: Marcelo Cárcamo/Facebook José Castro
“Esa cerveza ya está oxidada. Por registro sanitario es inocua, no te va a pasar nadar si la tomas, pero si la analizas organolépticamente, esa cerveza ya fue”, enfatizó el especialista a La República.
Lo mismo sucede con el almacenamiento y exhibición de las botellas en los anaqueles. Es nocivo, para una bebida de este tipo, la exposición a la luz solar o alguna fuente de iluminación artificial.
“Pones una cerveza al sol y esta se daña completamente. Es algo a lo que los peruanos estamos acostumbrados. La cerveza más consumida en Perú viene en botella verde y esa casi no protege (30% a lo mucho). El daño que le produce el sol a la botella oscura, que también es muy comercial, protege un poco más, a 85%”, agregó.
Esto es bastante perceptible en las que son de tipo lager, que son las que predominan en el mercado nacional. No obstante, en las artesanales esto es mucho más evidente.
“Imagínate una persona que no conoce ese detalle, va y compra, pero no se fija en la fecha de embotellado y dice: ‘Qué decepción’. Aquí ya no es la cervecería (los responsables), son el punto de venta y el consumidor que no está al tanto de este tema”, finalizó.
Por otro lado, se refirió a la cultura cervecera en nuestro país, la que se basa en la ingesta masiva y en exceso, y no especializada. Añadió que es muy difícil erradicar este pensamiento del colectivo peruano debido a que es algo que se ha instituido y normalizado.
Finalmente, se animó a dar algunas recomendaciones a las personas que quieran entrar al consumo en serio —y no en serie, como diría el eslogan de una cervecería independiente— de esta bebida alcohólica. “Lo principal es centrarse un poco en qué estilo uno quiere conocer. La cerveza va más allá de eso, porque un estilo puede ser turbio, otro tiene que ser brillante y los colores son muy diversos: negro, marrón, cobrizo, ámbar, rubio, entre otros”, sentenció.