Decenas de migrantes venezolanos ingresan a diario al Perú. Niños, mujeres, hombres y hasta personas de la tercera edad caminan varios kilómetros para buscar un mejor futuro en nuestro país. Tumbes, región fronteriza con Ecuador, es una primera puerta para estos extranjeros y una oportunidad para encontrarse con sus compatriotas. Precisamente, un grupo de ellos se reunió y decidió asentarse en un lugar al que llamaron coloquialmente como Villa Chamito.
¿Dónde queda y cómo luce el asentamiento humano en el que viven más de 65 familias de venezolanos? En esta nota te lo contamos.
Villa Chamito se encuentra frente a los manglares de Tumbes, a unos kilómetros de la frontera con Ecuador. Sus residentes invadieron un terreno y lo denominaron asentamiento humano 10 de Junio. Está situado en una imaginaria avenida Venezuela. A la fecha, lo integran más de 65 familias venezolanas y algunas peruanas.
“Vinimos con la idea de trabajar, de tener una casa propia, y aquí lo tenemos”, dijo una mujer a Latina Televisión. Otro ciudadano contó que hace cuatro años, cuando apenas llegaron a la región, el lugar estaba desolado y ellos, con calaminas, maderas y otros instrumentos, edificaron sus hogares.
En el 2018, un grupo de migrantes venezolanos pasó la frontera con Ecuador y decidió asentarse en un terreno baldío. Poco a poco, su invasión fue tomando forma. Fabiola Cuicas, una de las fundadoras de Villa Chamito, construyó una casa prefabricada de dos pisos. Se enamoró, tuvo un hijo y trajo a su mamá de Venezuela.
Otros vecinos hicieron lo propio hasta que no se pudiera construir una vivienda más. El problema, producto de la invasión de terrenos, es que no cuentan con servicios básicos de luz ni agua. Tampoco cuentan con colegios ni centros de salud. Pero sí hay bodegas, tiendas donde se vende ropa de segunda mano, negocios de comida y otros.
Algunos optaron por alquilar un espacio en sus hogares para sus compatriotas, que caminan en busca de un mejor futuro. La renta es inferior a la que se pide en la ciudad de Tumbes.
Villa Chamito: venezolanos instalaron bodegas donde venden productos a los residentes del asentamiento humano en Tumbes. Foto: Paolo Lupú
En el artículo 36 de la Constitución se señala que, “dentro de los 50 kilómetros de la frontera, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por ningún título, tierras, aguas, minas o combustibles, directa o indirectamente, individual o en sociedad”. Si lo hacen, pueden perder la propiedad, y pasaría al Estado. La excepción a la norma corresponde a casos de necesidad nacional declarada por ley.
Las familias venezolanas de Villa Chamito son conscientes de que el Gobierno puede recuperar esos predios invadidos. Si pasa, pedirán ser reubicados. “Quisiera vivir en una casa y no caminar más”, refirió un niño migrante.
Villa Chamito: extranjeros invadieron terrenos y formaron un asentamiento humano. Foto: Paolo Lupú
La jefa de la Oficina Defensorial de Tumbes, Clara Núñez, señaló que esa zona, actualmente invadida, no es un lugar tan seguro para habitar, ya que no puede satisfacer necesidades básicas y, peor aún, podría ser una zona de riesgo. “Están prácticamente en un canal que se activará en algun momento. No es una zona para asentarse. No podrán tener servicios básicos y deberán jalarlos irregularmente de algún lugar cercano”, sostuvo para La República.
Núñez precisó que lo ideal es que la Municipalidad de Tumbes replique proyectos inmobiliarios como el ejecutado en el centro poblado de Puerto Pizarro, que tiene 678 viviendas.
La autoridad de la Defensoría del Pueblo manifestó que las poblaciones migrantes de Venezuela ingresan a Tumbes por la frontera con Ecuador. No obstante, no todos se quedan a vivir.
“Las encuestas dicen que la mayoría de los migrantes caminantes van a Lima o Trujillo. Muchos ingresan de manera irregular, en algunos casos indocumentados, sin cédula, y niños sin partida de nacimiento”, explicó.
Grupos de migrantes venezolanos recorren miles de kilómetros huyendo de la severa crisis de su país. Ecuador y Perú ya optaron por enviar tropas a su frontera en común. Foto: EFE
Asimismo, detalló que los principales problemas en esta población están relacionados con el derecho a la salud, identidad y educación.
“Si algún ciudadano, sea peruano o extranjero, necesita orientación o siente que han vulnerado sus derechos, puede acudir a las oficinas de la Defensoría del Pueblo o contactarnos a las centrales telefónicas”, finalizó.