En un vídeo y audio sobrecogedor, miembros de la División de Maniobra Contra el Tráfico Ilícito de Drogas-Vraem ordenan no replegarse ni rendirse. Habían llegado a un narcolaboratorio, pero fueron recibidos a balazos por narcoterroristas que rodeaban ese complejo mafioso instalado en inmediaciones del centro poblado Chirumpiari, distrito Cielo Punko, provincia La Convención, región Cusco.
En los audios se escucha el incesante fuego cruzado. Entonces, uno de los uniformados grita: “¡Mete bala, mete bala!”, “¡Por allá, por allá métele!”. ¡Avanza, avanza, porque no le estás dando bien!”
Fueron más de 50 minutos de hostigamiento. No hubo heridos, pero encontraron más de 200 kilos de cocaína, así como insumos y diversos implementos, artefactos y herramientas empleados para la elaboración de droga.
El enfrentamiento ocurrió al amanecer de este martes 5 de julio. Una patrulla de 40 hombres se desplazaba al laboratorio detectado por agentes de inteligencia, cuando un grupo de sujetos armados con fusiles de armamento de largo alcance (Galil) y pistolas los atacó desde tres flancos.
Esa es al menos la versión que dio la Policía. Los agentes antidrogas contestaron. Uno de los efectivos, el que iba a cargo de un grupo, grabó todo con su cámara de celular. Fueron más de 1.200 disparos solo de parte de las fuerzas del orden.
Fuentes policiales confirmaron que el equipo de inteligencia de la DIVMCTID VRAEM tenía conocimiento sobre presencia de una organización criminal que operaba en la zona de La Convención, cuyo cabecilla y financista sería un peruano conocido como el ‘Gordo’.
Dicho individuo había contratado a nueve hombres para trabajar en el laboratorio clandestino donde había gatas hidráulicas, alambiques, moldes, hornos microondas e insumos químicos. La droga que elaboraban iba a ser trasladada a una choza de construcción rústica. Ese era el almacén.
Esta modalidad se habría implementado en virtud de que en muchas veces las fuerzas del orden lograron ubicar estos laboratorios y fueron destruidos por completo sin poder salvar nada.
El coronel Pedro Washington Solózano Niño de Guzmán, jefe de la División de Maniobras Contra el Tráfico Ilícito de Drogas, al mando de 35 suboficiales que se desplazaron al CP Chirumpiari, dirigió personalmente el operativo.
El personal, sin embargo, fue atacado y tuvo que solicitar apoyo, pues los sicarios al servicio del narcotráfico atacaban desde distintos flancos, agazapados en la espesura de la selva.
El contingente policial reaccionó con disparos disuasivos y procedió a parapetarse a fin de repeler dicho ataque. Poco después, 18 efectivos de la DIVMCTID VRAEM y otros 13 pertenecientes a la DUE DIVOPUS llegaron al lugar como refuerzos. Los atacantes se retiraron aprovechando la espesa vegetación.
En el laboratorio no solo se encontraron 200 kilos de alcaloide de cocaína, sino también 1.500 kilos de cloruro de calcio, soda cáustica, acetona, 10 gatas hidráulicas, dos prensas, dos moldes, dos microondas, dos balanzas y cinco biñetas (fuguras) de un Delfín, para definir la marca de la droga. El narcolaboratorio fue destruido.