Richard García Chislla (31), se dejó ver agotado. Estaba sentado en una banca del patio central del local de las rondas campesinas de Carabaya. Su semblante abatido era consecuencia de los castigos físicos recibidos de los ronderos y la comunidad después de su confesión. García admitió haber planificado y matado a su esposa Rosa M.C. (33) el 09 de enero de 2022. Desde ese entonces, los ronderos lo tienen detenido.
La noche del martes, el presunto asesino recorrió ocho de los diez distritos de Macusani, donde pasó por cadena ronderil. Esta es una costumbre que supone ser llevado a varios lugares para que sea conocido por toda la población y sea castigado. El objetivo es darle un escarmiento.
Lo único que mantenía despierto a García era el chacchado compulsivo de hoja de coca. Cuando le preguntamos ¿cómo se sentía? se mostró arrepentido.
“Estoy arrepentido. Hice mal. (…) Esto que sirva para las futuras generaciones para que no hagan esto. Ahora lloro por mis hijos. Aceptó la condena”, dijo a La República. Frente a él, en otra banca, estaba sentada su presunta amante Agustina Sucapuca Mamani. Retornaron juntos, luego de pasar diversos castigos comunales.
“Sí, tuve una relación con él. Pero mi error ha sido no denunciar a las autoridades el crimen que me contó que cometió ese lunes (10 de enero). Me callé. Debí denunciar”, dijo Sucapuca.
La pareja está bajo control de las rondas campesinas desde el sábado 15 de enero. Esta organización funciona como un Estado paralelo en Carabaya. Reciben denuncias y solucionan controversias imponiendo sanciones. Cobraron fuerza ante las falencias del sistema de justicia.
Ayer se cumplieron doce días de su detención comunal. En este tiempo, le hicieron confesar en cada lugar donde fue paseado cómo planificó el crimen. El presunto asesino justifica su crimen. Quería deshacerse de su esposa para rehacer su vida con Agustina Sucapuca con quien mantenía una relación desde 2015. “No pensé que esto se iba a descubrir”, precisó. Ahora los ronderos están en busca de su cómplice Juvenal Ochicua Omonte.
Cada rondera que llegaba al local le reclamaba con insultos a Richard García, por el destino incierto de sus hijos. El feminicida y su víctima tienen dos hijos varones. El mayor tiene doce años y el menor cuatro. Ambos ahora quedaron al cuidado de una de las hermanas de Rosa. Cada vez que los insultan por haberle provocado desamparo a sus dos hijos en edad escolar, llora desconsoladamente frente a quien sea.
“Estoy muy arrepentido. Ahora no sé qué va a ser de mis hijos. Solo pido que la casa de tres pisos que teníamos en Ollachea, sea para ellos y con eso estudien. Quiero que estén bien”, le encomendó a Walter Churata Morocco, presidente de la ronda provincia de Carabaya.
Cuando le preguntamos qué lo llevó a planificar la muerte de su esposa, respondió con una seguridad escalofriante. “Mi amante me dijo que me deshaga de ella a las buenas o las malas, porque ella me ayudaría a criarlos. Ahora me arrepiento de todo.”, aseguró. Antes de entregarlos formalmente a las autoridades judiciales, los directivos de las rondas permitieron que sus parientes les provean de lo que necesitan. A Richard García, nadie lo visita. Su familia le informó a los comuneros que estaba avergonzada de su acto.
La entrega de Richard García Chislla y Agustina Sucapuca Mamani, se frustró. Los ronderos los llevaron hasta la puerta del Ministerio Público. Los retornaron porque el juez de investigación preparatoria de Macusani, Luis John Castillo Andia, dictó sólo 72 horas de detención preliminar. Los comuneros rechazaron porque la medida solo era contra uno de los dos implicados y los argumentos en base los cuales se fundamentó la decisión judicial, no contenían la confesión del feminicida. Las Rondas Campesinas concluyeron que el sistema de justicia ninguneó su trabajo. Los detenidos volverán a cadena ronderil en diversas provincias de la región Puno.
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Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).