Lunes, 24 de enero. 17 horas. Agencias Molina Cargo Express SAC, Expreso Antezana y Multiservicios Cargo Vidalito. Ayacucho. Llovía y los ómnibus de esas empresas esperaban para partir con destino a Lima. La encomienda era singular: seis congeladoras. Todo estaba en regla. Pero algo llamó la atención de los agentes, quienes revisaron los artefactos y descubrieron que cada uno estaba cargado con cocaína de alta pureza.
Aunque las incautaciones de drogas en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) siempre son noticia, este caso sobresalió por tratarse de una nueva modalidad, según constataron los fiscales Nilther Vergara Chacca y Julio César Plasencia Montes.
La intervención, que permitió el decomiso de unos 300 kilos de cocaína, estuvo a cargo del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas (Depotad) de Huamanga, con información proporcionada por el Grupo Orión de la Dirandro.
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Los agentes de inteligencia tuvieron conocimiento de que una mafia pretendería enviar encomiendas contaminadas con droga, a través de diversas agencias de transporte terrestre ubicadas en Ayacucho.
En ese sentido, realizaron las coordinaciones con efectivos del Depotad Huamanga, quienes, esta tarde, de manera simultánea, ejecutaron el operativo policial antidrogas.
En la agencia de la empresa Molina Cargo Express SAC, se ubicó dos congeladoras de color blanco, otras dos en Expreso Antezana y dos más en Multiservicios Cargo Vidalito.
Los aparatos, que estaban en cajas de cartón, fueron trasladados a las instalaciones del Depotad Huamanga.
De la documentación presentada por las empresas de transporte de carga (manifiesto de carga - encomiendas), se llegó a conocer que la encomiendas se encuentran registradas a nombre de Ronnie Gonzáles Vélez, con cédula de identidad electoral de la República Dominicana Nº 018-0064770-1.
“La droga había salido del Vraem con destino a Huamanga y de aquí se iba a Lima por vía terrestre. Esta modalidad es nueva”, dijo a La República un agente antidrogas.
Explicó que las bandas de narcotraficantes se las están ingeniando para transportar cocaína.
En casi todos los casos, las bandas eligen ómnibus de empresas con prestigio. La droga viaja junto a sus mercaderías como polizón. La estrategia solo tiene una contra: sirve para envíos más pequeños que los cargamentos ocultos en caletas de vehículos, que suelen ser de más pesaje y para los que sí se requiere de una transformación de volquetes, camiones, cisternas e incluso camionetas y automóviles.